El fiscal Sandro Abraldes sostuvo, al pedir indagatorias y detenciones, que el delito de cohecho llegó a concretarse cuando el empleado judicial Luis Ameghino Escobar asignó, por supuesto sorteo, las apelaciones de los detenidos de la patota ferroviaria a la Sala III. Que fue él quien operó ese sorteo –como prosecretario de feria, el 26 de enero– es algo que quedó registrado en el sistema informático de la Cámara, y que confirmó otro de sus compañeros. A lo que se sumó que intercambió seis mensajes de texto con el abogado Octavio Aráoz de Lamadrid, quien pasó por la oficina de sorteos seis días después, según consta en la causa. Para definir qué chances hay de manipular el sistema, el fiscal Abraldes citó a otros funcionarios que trabajan en el área de sorteos. Después de que se conociera este caso, otros abogados denunciaron posibles manipulaciones de sorteos para direccionar causas a la sala III. Lo hicieron, por ejemplo, como informó Página/12, los letrados que representan a Carrefour en un caso millonario contra el Exxel.