Desde San Carlos de Bariloche

Bariloche fue el escenario del surgimiento de un nuevo espacio integrado por mujeres del campo nacional y popular que militan en diferentes agrupaciones políticas y feministas. Todas con Cristina, las Mujeres del Encuentro, el colectivo de Lesbianas y Feministas por la Discriminalización del Aborto, Kolina, el Movimiento Evita y la Federación de Tierra y Vivienda forman parte de la partida. Tienen en común el apoyo al proyecto que encara Cristina Fernández y acuerdan en que “la perspectiva de género es la profundización del modelo”.

El Encuentro de Mujeres fue el lugar elegido para iniciar sus primeros pasos juntos. La marcha de cierre las encontró unidas tras una bandera con la consigna “La fuerza de Cristina”. Página/12 entrevistó a las referentes de este espacio: Claudia Perugino, integrante de la agrupación Todas con Cristina y del Movimiento Evita; Ana María Suppa, también de Todas con Cristina; Emelina Alonso y Cinthia Frías, del Frente de Mujeres del Nuevo Encuentro, la fuerza política liderada por Martín Sabbatella; Verónica Marzano, de Lesbianas y Feministas y además integrante del equipo de la línea de Aborto “Más información, menos riesgo”, y Estela Díaz, secretaria de género de la CTA.

–¿Cómo surgió la idea de promover este espacio?

Claudia Perugino: –Surgió en el último plenario de Todas con Cristina. Había llegado el momento de pensar el viaje al Encuentro de Mujeres y se planteó la necesidad de encontrarnos con otras compañeras. Verónica (Marzano) ya había participado de una reunión y nos entusiasmó la idea de impulsar la convocatoria a otras fuerzas.

Ana María Suppa: –También nos motivó la experiencia del año pasado cuando marchamos con una bandera de Cristina con la consigna “Si le pegan a Cristina, nos pegan a todas”. Fue una acción sumamente positiva, porque se sumaron muchas compañeras de otros espacios y por fuera de los partidos políticos.

Emelina Alonso: –Se trata de un espacio donde nos podemos juntar todas las mujeres del campo nacional y popular. No sólo apoyamos el proyecto y la reelección de Cristina, sino que tenemos miradas similares en temas de género y por eso debemos asumir el compromiso de generar una militancia común.

Verónica Marzano:–Como parte de una organización que no milita en estructuras partidarias, nos parecía que hacía falta visibilizar a estos grupos de mujeres. El llamado a la participación de la Presidenta es un llamado amplio y no sólo es dirigido a los partidos sino también a las organizaciones sociales. Esta alianza es el puntapié para que otras organizaciones se sumen.

Estela Díaz: –Es un proceso que se debía dar, hay una fuerza muy grande encabezaba por el movimiento de las mujeres. Es importante reunirnos y hacerlo visible. Se fue dando de una manera subterránea y en un momento surge la necesidad de articularnos y armar una agenda de género. Esto implica reconocer todo lo que conseguimos desde 2003 a la fecha y aunarnos en todas las cosas que necesitamos avanzar.

–¿Se trata entonces de un espacio plural y transversal donde no se perdería la identidad de cada agrupación?

C. P.: –Sí, la consigna que nos une es la perspectiva de género como vía para profundizar el modelo. Está muy instalado que los Encuentros son anti K y en realidad lo que caracteriza a los encuentros es la diversidad de voces y espacios de lucha.

A. S.: –La idea no es sólo juntarnos para marchar juntas, sino crear un espacio para discutir sobre feminismo, el campo nacional, las conquistas logradas en materia de género y lo que falta conseguir. Es un desafío importante poder darle forma.

C. F.: –Sí, respetando la identidad propia de cada una de las agrupaciones, creemos que tenemos que empezar a sumar los esfuerzos militantes de las mujeres. A todas nos une Cristina, pero sin duda nos une también la voluntad de que este gobierno profundice las políticas de género.

–¿Debatieron acerca de la lucha por la legalización del aborto y la negativa de la Presidenta a acompañar el proyecto de ley?

C. P.: –No creo que la Presidenta tenga que decir tal o cual cosa. En cuestiones tan sensibles como éstas tenemos que dar la discusión en el taxi, la panadería, la escuela, entre la familia y amigos, cada una desde su puesto de lucha. Hay que militar para correr el velo de hipocresía y hablar del aborto como una realidad que se lleva la vida de las mujeres pobres. Además, hay que lograr el consenso de las otras fuerzas políticas, el reclamo del derecho al aborto no tiene que ser de una u otra organización, sino de toda la sociedad.

V. M.: –La Presidenta es mujer y tiene un alto costo decir si está a favor o no del aborto, es medio tramposo que se exprese en ese sentido. Se trata de un proceso político que viene generando una participación amplia y debemos ser amplias, que florezcan mil flores como dijo Néstor (Kirchner). Este modelo viene mostrando el camino de la construcción y en ese proceso se van saldando las diferencias. El movimiento de mujeres tiene que entender que estamos en otro país, no es la Argentina de los ‘90 ni del 2001.

A. S.:–Aunque la Presidenta enviara un proyecto, son los legisladores quienes tienen que aprobarlo. Nadie desconoce lo que sucede con el cuadernillo de educación sexual en algunas provincias. Es un debate que hay que dar, pero que no se termina con la sanción de la ley.

C. F.: –Toda nuestra fuerza, el Nuevo Encuentro, tiene un compromiso con que el aborto sea legal. Además de acompañar el proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, nuestro bloque de diputados tiene una iniciativa propia. Esta es una forma de tensionar tanto a unas y otras fuerzas políticas hacia la legalización y hay que seguir militándolo.

–¿Qué le suma este espacio al movimiento de mujeres?

A. S.: –Creo que va a permitir acercar el campo nacional y popular y el feminismo y allanar el camino para que las mujeres puedan luchar por sus derechos a la par de los varones. La idea es que sea un espacio plural para que las compañeras jóvenes vayan tomando la posta y nuestras banderas.

V. M.: –Esto puede ayudar a derribar la tensión entre peronismo y feminismo. Es un tiempo político para dar vuelta la ecuación, al feminismo le hace falta que llegue el aluvión de mujeres nacionales y populares a sus filas.