Hay un antes y un después de los encuentros. Lo sabe cada una de las miles de mujeres que han tenido la oportunidad de sumarse a esa experiencia tan movilizadora y energizante de tres días de talleres, debates, discusiones, tertulias y festivales. Pero los encuentros empiezan mucho antes de su inauguración oficial: la experiencia se inicia en el viaje, en las largas horas de micro hasta llegar al destino, donde se comparte tanto más que el mate y galletitas, donde las historias de vida adquieren otros sentidos y la sororidad, la hermandad entre mujeres, se corporiza. Pero también hay un antes y un después en los 26 años de historia del Encuentro Nacional de Mujeres: el quiebre, tal vez, haya sido el ENM que se celebró en Rosario, en 2003, cuando por primera vez en la tradicional marcha del cierre flamearon los pañuelos verdes, que luego se convertirían en símbolo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito creada en 2005. Fue en ese ENM que se convocó el primer taller de “Estrategias por el derecho al aborto”, como forma para evitar la presencia de las católicas fundamentalistas que desde un año antes, en 2002 en el ENM de Salta, empezaron a “infiltrarse” en los talleres sobre aborto, anticoncepción y derechos sexuales y reproductivos para tratar de imponer en las conclusiones sus puntos de vista ultraconservadores: para sumarse al taller de “Estrategias por el derecho al aborto” había que estar a favor de la despenalización y legalización, un piso de acuerdo que no se ponía en discusión. La Campaña se empezó a gestar en el marco de aquel ENM de Rosario. Aquel taller fue su antecedente.

En el ENM siguiente, en Mendoza, en 2004 surgió la necesidad de crear una campaña nacional y, al año siguiente, el 14 de mayo, se hizo una convocatoria en Córdoba, promovida por Católicas por el Derecho a Decidir, entre otras ONG, donde participaron unas setenta entidades feministas, de mujeres, sociales y sindicales. Finalmente, la Campaña adquirió vida propia y se lanzó el 28 de mayo de 2005. Ayer, una vez más se agitaron los pañuelos verdes, esta vez por las calles sombreadas de cenizas volcánicas de Bariloche: desde allí, se volvió a escuchar el reclamo histórico del movimiento de mujeres por la legalización del aborto, con la brisa fría del Nahuel Huapi pegando en los rostros entusiasmados de mujeres provenientes de la extensa geografía argentina, con orígenes tan diversos: universitarias, de organizaciones barriales, sindicales, de derechos humanos, partidos de izquierda, pueblos originarios...

El primer ENM tuvo lugar en Buenos Aires en 1986 y fue organizado por activistas feministas. Desde aquel primer ENM la cantidad de participantes ha crecido en forma exponencial, pero su estructura se mantiene invariable: el ENM se caracteriza por ser “pluralista, heterogéneo, autoconvocado y horizontal”. No hay expertas que encabezan un panel. No hay jerarquías, todas las voces tienen el mismo valor. Para muchas mujeres es la primera vez que hablan en público. Y esa posibilidad las enriquece enormemente. Lo que ha ido cambiando a lo largo de los años es el perfil de las participantes: tal vez las menos son activistas feministas; la mayoría, mujeres de sectores populares, movilizadas mayormente por partidos políticos –de izquierda y progresistas– y organizaciones piqueteras. Hay puntos de vista diferentes. Hay disidencia. Hay grupos minoritarios que pretenden imponer miradas ultraconservadoras sobre la sexualidad y la maternidad y que se han ido organizando en cada ciudad a partir de convocatorias de las jerarquías católicas locales. La confrontación con militantes antiderechos ya es un clásico.

Se han producido algunos cambios en los ENM a lo largo de su historia, pero se mantiene su esencia: un ámbito único, solidario, que promueve la participación y el empoderamiento de las mujeres. Lo que definitivamente no se ha modificado es la postura ampliamente mayoritaria a favor del derecho al aborto y se afianza, a menos de un mes de la reunión convocada para el 1º de noviembre en la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados para avanzar con un dictamen: entre los proyectos incluidos en el temario está el de la Campaña, consensuado por más de 250 organizaciones de la sociedad civil, pensado y gestado en un ENM.