EL PAíS • SUBNOTA
- Francisco de Narváez (diputado nacional-Peronismo Federal): “El gobernador Daniel Scioli y el vicegobernador Gabriel Mariotto deberían resolver sus evidentes diferencias sin dañar a la institución policial, que cumplió con su deber y las órdenes recibidas”.
- Fernando “Chino” Navarro (diputado provincial-Movimiento Evita): “Detrás del acuartelamiento de los policías hay una reacción de un sector que se opone a la decisión del gobernador Daniel Scioli de poner a la fuerza bajo control político civil. La separación de los efectivos que reprimieron a La Cámpora es absolutamente razonable, sensata y se produjo dentro de los canales democráticos y legales. Desde el gobierno no se puede ceder ante un acuartelamiento de fuerzas de seguridad que responde a una resistencia de un sector de la policía a una nueva orientación política que ha decidido el gobernador. Estoy a favor de que se tomen las medidas que se tengan que tomar para disciplinar a la fuerza, hay que ser severos, si no se sienta un precedente grave. Cuando uno elige ser policía acepta que pertenece a una fuerza basada en la disciplina y eso no se puede romper. Con la decisión de poner a la fuerza bajo conducción de civiles, Scioli está rectificando el rumbo, lo que habla bien de él”.
- Jaime Linares (diputado nacional-Frente Amplio Progresista): “El gobierno de Scioli nos debe a los bonaerenses una verdadera reforma policial que ponga finalmente a la fuerza al servicio de la seguridad ciudadana. Sin embargo, no duda en utilizarla para dirimir sus cuestiones de política interna dentro del Frente para la Victoria. El gobernador y el ministro Casal deberán hacerse responsables de la violenta represión a quienes pretendían acceder a la Legislatura el día de la reasunción de Scioli y terminar con la improvisación permanente de su gestión en el área de seguridad”.
- Adrián Grana (diputado provincial-Nuevo Encuentro): “El gobernador Daniel Scioli debe separar del cargo al ministro (de Seguridad, Ricardo) Casal, su gestión a cargo de Seguridad significa un gran retroceso en los avances que se habían logrado en anteriores gestiones y va a contramano de las políticas que lleva adelante en la materia el gobierno nacional. La provincia no puede dejar pasar más tiempo; debe ponerse en sintonía fina con el gobierno nacional en materia de políticas de seguridad ciudadana”.
- Walter Martello (diputado provincial-Coalición Cívica): “La Policía Bonaerense se encuentra sin conducción. El acuartelamiento es de una gravedad inusitada. Resulta sorprendente que la disputa por un palco en la fiesta de asunción haya derivado en más de 150 policías en rebeldía, y sin acatar las directivas de Scioli ni de Casal. No se recuerda en la historia reciente de la provincia un hecho similar, y esto es responsabilidad del gobierno sciolista. Durante los 24 años de gobierno justicialista, pasamos de la maldita policía a las contradicciones innumerables en materia policial, para luego asistir a la contrarreforma fracasada de (Carlos) Stornelli y terminar en una situación de cuasi anarquía. Los bonaerenses son rehenes de un conflicto que tiene origen en la interna palaciega entre sciolistas y kirchneristas, cuando la seguridad debería ser una política de Estado que trascienda a los partidos. Scioli nunca tuvo voluntad de profesionalizar la fuerza policial, lo que hubiese permitido que la policía esté subordinada a la conducción política”.
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