La Asociación de Abogados de Buenos Aires denunció judicialmente como crímenes de guerra y de lesa humanidad los bombardeos de instalaciones civiles, los ametrallamientos de personas en las rutas, la destrucción de instalaciones de comunicación telefónica y televisiva y la creación de obstáculos deliberados e insuperables para la provisión de agua y medicamentos a la población por parte de la coalición angloestadounidense en Irak. La presentación se hizo en una causa penal que está a cargo de los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado.
“El reciente ataque directo al hotel donde se alojan exclusivamente los corresponsales de prensa y televisión acreditados en Bagdad, con su secuela de muertos y heridos, muestra la esencia del crimen de guerra. Pero éstas son las víctimas con nombre, con rostro y trascendencia. Nada sabemos de los nombres, los rostros y las vidas destruidas de centenares de niños y mujeres asesinados o mutilados, pero ellos deben tener la misma tutela en el derecho de gentes”, afirmaron José María Pizzorno y Ernesto Moreau, presidente y secretario de la Asociación, acompañados por nueve abogados.
La institución inició la demanda –por conspiración contra la paz y asociación ilícita para cometer crímenes de guerra y de lesa humanidad– antes de que comenzara la invasión. La dirigió contra los funcionarios de Estados Unidos, Gran Bretaña, España e Italia que no estén amparados por la inmunidad de jefes de Estado y que participaron en la preparación del ataque militar contra Irak. Con fundamento en el derecho internacional y con citas a fallos de la Justicia argentina sobre el robo de bebés durante la última dictadura y la Operación Cóndor, la Asociación reclamó la jurisdicción de los tribunales porteños para investigar los crímenes cometidos en Irak. El miércoles pasado, al considerar que los delitos de guerra y lesa humanidad se habían ya cometido, se amplió la denuncia.
La presentación recuerda que, según el Estatuto del Tribunal Penal Internacional, son crimen de guerra, entre otras cosas, “el ataque lanzado a sabiendas de que causará pérdida de vidas, lesiones a civiles o daños a objetos de carácter civil, o daños extensos, duraderos y graves al medio natural” y “emplear armas, proyectiles, materiales y medios de guerra que, por su propia naturaleza surtan efectos indiscriminados en violación del derecho humanitario internacional de los conflictos armados”.