Fue una jornada intensa la de Elisa Carrió. Primero se reunió con los integrantes del Diálogo Social. A éstos les dijo que en los próximos comicios “no sólo se discutirá poder, sino también muchos negocios”. Luego fue el turno de un sector de la Juventud Radical que apoya su candidatura presidencial. Los jóvenes querían saber cuál era la razón del crecimiento de Carlos Menem en las encuestas. La chaqueña no se anduvo con vueltas y usó un poema de Joaquín Sabina para explicarlo: “Pues bien amigo, es el hijo de puta que cada uno lleva adentro”, dijo y agregó que “cuando ese queda suelto, entonces se vota a Menem”.
Dos horas duró la reunión con los miembros del Diálogo Social. Frente a unos 40 representantes de las distintas religiones y la sociedad civil que conforman el espacio, Carrió habló sobre lo que considera que es el problema central de la Argentina: “El principal inconveniente de este país es moral”, dijo antes de dar un ejemplo que confirma su tesis: “Nada es más claro que el doble discurso cínico, divorciado de la acción de algunos candidatos que no pueden presentar sus declaraciones juradas pero sí pueden ser candidatos a presidente”.
Por la noche Carrió se dirigió al Teatro Colonial, allí la esperaron un centenar de militantes de la Juventud Radical que conduce Alejandro Rabinovich. El pequeño teatro estaba adornado con banderas radicales que daban cuenta del sector que apoya a la líder del ARI. Carrió reivindicó y se comparó en su intransigencia con las mafias con la figura del máximo dirigente radical Leandro Alem. Para delirio de los participantes presagió que el 27 de abril “seré presidente en primera o en tercera vuelta, pero seré presidente porque la Argentina no se embarazó para parir un monstruo”.
En el discurso de Carrió también estuvo presente Ricardo López Murphy. “El cree que basta con ser decente, pero no se es decente cuando la opción no es luchar contra la pobreza y mucho menos cuando sus asesores están ligados a los lobbies de las empresas privatizadas.”