No bien asumió como rectora de la Universidad Nacional de Córdoba, Carolina Scotto sabía que sus nuevas funciones la colocaban en un lugar histórico: ser la primera rectora de la universidad más antigua del país. Hoy, trascurriendo el último año de su segundo mandato, Scotto puso en marcha las conmemoraciones por los 400 años de la universidad, en un contexto donde muchos hablan de su futuro político. La semana pasada estuvo junto al vicegobernador de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, y muchos rumores la sindican como la futura referente del kirchnerismo en Córdoba.

–¿Cual es la dimensión que tiene la Universidad Nacional de Córdoba hoy en la sociedad cordobesa?

–Si juzgáramos por el cariño con el que se han sentido todos sumados a nuestra convocatoria, creo que es enorme. El perfil cultural de Córdoba y su trayectoria de aportes, y de marchas y contramarchas en la historia política y social del país tiene mucho que ver con esta universidad y tiene cada vez más que ver con esta universidad. Nuestro esfuerzo hoy está centrado en hacer accesible el derecho a la educación para todos los jóvenes, poniendo nuestro mejor esfuerzo en incluir y retener a los estudiantes y formarlos a su vez con la mayor calidad en conocimiento e investigación, que estamos también fortaleciendo. La tarea que nos queda es siempre enorme y de transformación permanente, porque la universidad tiene que transformarse a sí misma, pero el mejor punto de apoyo para esta transformación es el reconocimiento de esta memoria institucional que hemos puesto aquí en significado para compartir con todo.

–¿Cómo analiza el momento actual de la educación en el país y la implicancia que tiene la Universidad Nacional de Córdoba?

–Estamos viviendo un momento de enorme entusiasmo, porque la recuperación sostenida y el fortalecimiento de las instituciones dedicadas a la educación pública, no sólo las universitarias, es el principal motor del desarrollo y el futuro de nuestro país. Estamos convencidos de que el esfuerzo presupuestario que nos ha permitido recuperar en tan pocos años nos ha dejado también trabajar en un clima de paz social y poniendo nuevamente la esperanza y la convicción de que el trabajo que podemos aportar los profesores, los investigadores, los intelectuales es un elemento esencial para la construcción de una sociedad más justa.

–Y puntualmente, ¿cómo ha repercutido en la universidad la incorporación del seis por ciento del PBI al presupuesto educativo y también el aumento de la inversión en ciencia y técnica?

–Enormemente, el crecimiento del presupuesto universitario ha permitido la recuperación de los muy deprimidos salarios de nuestros profesores y nuestros trabajadores. El crecimiento de la inversión en ciencia y tecnología nos ha permitido incorporar un enorme caudal de jóvenes graduados para iniciar su formación de posgrado e incorporarlos a la construcción de más conocimiento. La política de repatriación de científicos y todos los programas especiales impulsados desde el Ministerio de Educación de la Nación que han permitido fortalecer la extensión, recuperar la retención universitaria, desarrollar una política de voluntariado y aumentar la cooperación internacional, son en conjunto, las políticas que estábamos esperando para ponernos, ahora sí, a la altura de este mandato y obligación social que tenemos.