EL PAíS • SUBNOTA › OPINIóN
› Por Edgardo Depetri *
La presencia de la Presidenta en el Comité de Descolonización de la ONU forma parte de la estrategia argentina con respecto a la soberanía de las islas Malvinas, que ha llevado al aislamiento internacional del Reino Unido. Los esfuerzos ingleses por llegar a acuerdos con algunos países sudamericanos han fracasado. Debemos recordar el intento de arribo de una nave militar a Perú, como también de barcos a Uruguay y Brasil; a lo que se agregó una comunicación desde Gran Bretaña con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien rápidamente salió a defender la postura de nuestro país. En términos de operaciones de prensa, vale recordar aquella en la que un funcionario de Barack Obama habría declarado el apoyo a la postura colonialista, cuestión desmentida por el propio Departamento de Estado.
La política exterior argentina ha venido profundizando las relaciones con pueblos y gobiernos de todo el mundo y, fruto de ese trabajo, han aparecido pronunciamientos en Africa, Asia y toda América latina. Esto ha obligado al gobierno inglés a desempolvar el llamado a una consulta entre los isleños con el supuesto objetivo de dar a conocer, durante 2013, su intención de ser ciudadanos británicos. La decisión británica pone al descubierto, aún más, la actitud cipaya de algunos intelectuales y periodistas argentinos que reclamaron que se debía tener en cuenta los intereses y la opinión de los kelpers. Hoy este anuncio inglés corrobora que son funcionales al colonialismo.
De todas formas, este anuncio muestra una tremenda debilidad frente a los planteos argentinos, pues no pueden estructurar otro tipo de maniobras que no sean declaraciones grandilocuentes o repetidas referencias a la autonomía de la población que habita las islas.
El viaje de Cristina a la ONU no se realiza en solitario, sino con el acompañamiento de la mayor parte de la dirigencia política argentina, en el convencimiento de que se está dando una señal clara de que este tema constituye una política de Estado. Es importante recordar la conferencia de prensa brindada por el canciller Héctor Timerman en meses pasados, donde dejó al descubierto la trama de intereses económicos y financieros que están detrás de la exploración y explotación de petróleo en aguas jurisdiccionales argentinas. Malvinas es una reivindicación histórica de los argentinos, pero atravesada por temas económicos y de desarrollo geopolítico y militar.
Desde esa complejidad, pero con absoluto convencimiento, el Gobierno está planteando medidas que terminarán obligando a los ingleses a sentarse en la mesa de negociación. Es necesario convocar a los argentinos, en especial a las organizaciones populares, a redoblar la tarea de explicar la política que está llevando adelante la Presidenta; explicando todos los alcances de esta cuestión y sus implicancias, que para la región supone ir terminando con uno de los pocos enclaves coloniales que existen en el mundo.
* Diputado nacional (FpV).
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