El conflicto que el gremio de los camioneros lanzó ayer y que se extenderá hasta mañana mantuvo al Ministerio de Trabajo elaborando la estrategia a seguir en los próximos días. “La multa que se va a imponer al sindicato de camioneros va a ser de las más altas. No hay vuelta atrás”, confiaron a Página/12 fuentes de la cartera laboral que se encontraban preparando la documentación que se enviará al sindicato conducido por Hugo Moyano y su hijo Pablo. Parte del gabinete nacional y del oficialismo criticaron la medida impulsada por el líder de la CGT.

“En términos de negociaciones paritarias, bajo ningún punto de vista está justificada la medida de fuerza del sindicato de camioneros. A pesar de la diferencia en las cifras, es un punto que se podía resolver en la mesa paritaria”, explicaron en los pasillos de la cartera laboral haciendo pie en la negociación abierta la semana pasada. “Pero además el acuerdo vigente vence la semana que viene, el 30 de junio. Es evidente que buscaron el momento político para generar caos”, agregaron apuntando al desabastecimiento producido por los bloqueos en refinerías y plantas de abastecimiento de combustible que impidieron la salida de camiones a las estaciones de servicio. “Es una medida electoralista relacionada directamente con el Congreso de la CGT del 12 de julio y la interna partidaria”, analizaron en Trabajo y agregaron que “si ellos insinúan seguir con el paro, vamos a continuar con las sanciones. Y la quita de la personería gremial es una de las opciones”.

La paritaria entre los representantes de los camioneros y los empresarios lleva dos reuniones en las que no llegaron a ponerse de acuerdo. Moyano llevó a la mesa de negociación el pedido de aumento del 30 por ciento, y los empresarios comenzaron por ofrecer 18 por ciento. “Son poco serios, en la primera reunión estuvieron nada más que 15 minutos y se fueron y en la segunda no pasaron de media hora”, destacaron en el Ministerio, aludiendo también a la segunda reunión realizada el lunes, que se había adelantado por el paro que los camioneros efectivizaron el viernes en la rama de transporte de caudales.

En contacto con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que monitoreó la situación mientras se encontraba en Brasil, en Trabajo explicaron que “lo que está claro es que hay una conciliación obligatoria dictada que no fue acatada por el gremio. Se pusieron fuera de la ley”, y además señalaron que “parece que los empresarios también se sumaron al paro porque todos decidieron borrarse”. El viernes a las 11 –cuando debería finalizar la medida de fuerza– está pactado un nuevo encuentro entre camioneros, empresarios y los funcionarios como mediadores. “Los que tienen que volver son ellos. Si pedían que se adelante la mesa no teníamos problema, pero los que se fueron son ellos”, agregaron dejando la pelota en los pies de los sindicalistas.

En el mismo sentido, mientras el vicegobernador Gabriel Mariotto y el secretario de Seguridad, Sergio Berni, se reunían en un comité de crisis, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, criticó la actitud de Camioneros y aseguró que no se iban a “a dejar apretar por un pequeño sector de la sociedad que busca generar caos y zozobra en los argentinos. Esto ya lo vivimos y sabemos que con estas actitudes egoístas, los primeros que siempre pierden son los trabajadores”. A su vez, mientras anunciaba que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner adelantaba su regreso al país por el desabastecimiento generado por el conflicto, destacó que el sindicato que conduce Moyano “muestra un enorme desprecio por los argentinos con este paro injustificado y salvaje”, y confirmó las acciones penales que iniciará el Gobierno para intentar detener “una medida de fuerza totalmente injustificada”.

El senador del Frente para la Victoria Aníbal Fernández condenó la actitud “irracional e intempestiva” de la medida de fuerza y sostuvo que se trataba de “una decisión que tiene olor puro y exclusivamente a discusiones por el poder y no en defensa de los trabajadores”.