Hugo Moyano lanzó un “paro nacional” de camioneros “con movilización a Plaza de Mayo” desde el set de televisión de TN, cuando le informaron que el ministro del Interior, Florencio Randazzo, había presentado una denuncia penal contra él y su hijo Pablo por el bloqueo a las plantas de destilación de combustible. “La respuesta es un paro nacional a partir de este momento. Es de todos los trabajadores camioneros y seguramente se sumarán otros sectores”, dijo. Luego, Moyano aclaró que convocará para hoy al consejo directivo de su gremio, para resolver allí la medida de fuerza. “Nosotros somos tan amplios que manejamos desde los camiones atmosféricos hasta los de caudales”, sentenció Moyano, confiado en su poder de fuerza y movilización. Cargó contra la Casa Rosada, al sostener que llamar “extorsión” a la medida de fuerza de los camioneros “es la expresión del antiperonismo y el gorilismo que existe en el Gobierno”.

A lo largo de la jornada, el secretario general de la CGT y su hijo Pablo, al mando del gremio de camioneros, fueron calentando en tándem el enfrentamiento con el Gobierno, después de haber comenzado el día con el bloqueo a las principales refinerías de petróleo del país y paralizando el transporte de combustibles, que prolongarían al menos hasta mañana al mediodía, cuando estaba prevista una reunión paritaria con las cámaras patronales en el Ministerio de Trabajo.

Después de descalificar como “personajes” y “chantas” a ministros y funcionarios, Pablo Moyano aceptó como único interlocutor válido a la Presidenta, que por el conflicto adelantó su regreso al país desde Brasil. “Tiene que convocar a Hugo Moyano como secretario general de la CGT para discutir el Impuesto a las Ganancias y los salarios familiares”, soltó Pablo, para dejar en claro que la disputa sindical excede la negociación salarial con los empresarios y que la puja es directamente con el gobierno nacional.

“No voy a estar al lado de alguien que no da respuestas a los reclamos de los trabajadores y mucho menos de un Gobierno que está perdiendo la línea nacional y popular”, volvió a soltar el titular de la CGT, para luego asegurar que ahora ya “nadie duda de que el Gobierno intenta” que él no continúe al frente de la central obrera, en la que busca su re-reelección: “Es tan claro como la inflación desbordante que nadie puede ocultar”, remarcó.

Al frente del conflicto de los camioneros, Pablo Moyano disparó contra el vicepresidente: “Ese personaje salió del sarcófago”, sostuvo cuando lo consultaron sobre la advertencia de Amado Boudou, a cargo del Ejecutivo, de aplicar la Ley de Abastecimiento. “¿Qué puede decir ese chanta?”, siguió después de que el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, a cargo del gobierno provincial por la licencia de Daniel Scioli, cuestionara el encuentro que el gobernador mantuvo una semana atrás con Hugo Moyano.

“Que no se les ocurra tocar un trabajador”, advirtió Pablo Moyano ante los periodistas en medio del bloqueo a la refinería de YPF en La Matanza, al caer la tarde de ayer, cuando desde el Gobierno se afirmó que iba a garantizar con choferes de la Gendarmería el abastecimiento de gas y naftas en la regiones más afectadas del país. “Ni se les ocurra hacer algo raro o un desalojo”, agregó Moyano hijo, para lanzar la amenaza de que si eso ocurría, unos “cien mil” trabajadores marcharían a Plaza de Mayo el viernes, paralizando el transporte de caudales y la recolección de residuos. Una decisión que a esa hora ya estaba en carpeta.

“No va a salir nadie. Que intenten salir”, soltó desafiante Pablo Moyano a las 9 de la noche, en el bloqueo de la planta de YPF, acompañado por su guardaespaldas, el ex boxeador Gonzalo “Patón” Basile. Los gendarmes habían empezado a avanzar con sus escudos en un primer intento de despejar la puerta. Entre algunos empujones, los camioneros se reagruparon. Unos 45 minutos después los gendarmes se replegaron y los camioneros festejaron. La maniobra de las fuerzas de seguridad fue, según se informó, para distraer a los manifestantes y garantizar que unos ocho camiones cargados de combustible salieran por otro de los portones de la refinería.