El Movimiento Aníbal Verón, La Cámpora, Kolina y otras organizaciones kirchneristas hicieron su acto por el aniversario de la Masacre de Avellaneda en el microestadio de Racing. Allí responsabilizaron a Eduardo Duhalde por los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, y centraron su discurso en la defensa de los cambios que tuvo el país en la década que pasó desde entonces. En ese marco, apuntaron también contra Hugo Moyano: “Hace diez años cortaban rutas los marginados que no tenían nada. Hoy cortan rutas aquellos que tienen grandes ganancias y no quieren pagar impuestos”, señalaron en alusión a la jornada de protesta convocada para hoy por el titular de la CGT.

Por primera vez las agrupaciones decidieron no armar su escenario sobre el puente Pueyrredón, y tuvieron además entre los oradores del acto a dos funcionarios del Gobierno, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto.

En las tribunas, junto a las organizaciones ya mencionadas, estuvieron el Movimiento Octubres, el Miles de Luis D’Elía, la Martín Fierro, el Frente Transversal, la Corriente Peronista Descamisados, y partidos como Nuevo Encuentro, el Partido Comunista y el PC Congreso Extraordinario.

En representación del sector sindical habló el docente Roberto Baradel, dirigente de la CTA conducida por Hugo Yasky, y por las organizaciones sociales lo hizo Juan Cruz Daffunchio, del Movimiento Aníbal Verón.

Mariotto puso a la Masacre de Avellaneda en una línea histórica, la que quedó trazada por el golpe del ‘55, “el plan de exterminio económico de (José Alfredo) Martínez de Hoz, (Carlos) Menem, (Domingo) Cavallo y (Eduardo) Duhalde”.

El vicegobernador defendió luego la figura de la presidenta Cristina Kirchner y habló sobre el “proceso de transformación social” que impulsa el kirchnerismo.

En la convocatoria al acto, las agrupaciones kirchneristas ya habían descripto el modelo neoliberal y el kirchnerista como polos opuestos y, en ese marco, enlazado las protestas de hace una década de los movimientos piqueteros con la defensa del rumbo actual.

“Quienes fuimos protagonistas de aquella jornada vemos cómo fue cambiando el país. En el 2002, la única salida era arriesgarse a cortar rutas para obtener un plan de 150 pesos y un bolsón de comida. Hoy decimos que el ex presidente Néstor Kirchner nos fue sacando de la resistencia. Y con Cristina nos incorporamos a la construcción de un proyecto de país”, dijo ayer Daffunchio, que el 26 de junio del 2002 fue uno de los que estuvo en el puente Pueyrredón como integrante del MTD de Florencio Varela y hoy es concejal de Nuevo Encuentro.

La tensión entre el Gobierno y Moyano por la movilización a la Plaza de Mayo fue el otro eje de los discursos y las declaraciones realizadas terminado el acto. El jefe de Gabinete, Abal Medina, por ejemplo, llamó a “cuidar el trabajo, el salario, los logros y a la Argentina”. Planteó que “hay algunos que ganan cuando a la Argentina le va mal, pero tenemos la suerte de tener a Cristina Fernández de Kirchner llevando adelante esta nave y por eso es tiempo de militar y construir”.

Y enlazó el recuerdo de los asesinatos de Kosteki y Santillán con un llamado a no privilegiar intereses sectoriales. “Todos los sectores con sus reclamos tienen que entender que ningún reclamo es más justo que el de todos los argentinos. Lo importante es privilegiar el reclamo de todos, porque esto tiene que ver con el futuro de los argentinos y con un país en el que nunca vuelva a ocurrir lo que pasó con Maxi y Darío”, sostuvo en ese sentido.

Durante la jornada, el Movimiento Evita junto a legisladores nacionales y provinciales marcharon en Baradero para repudiar el beneficio carcelario que recibió el ex comisario Alfredo Fanchiotti, autor de los asesinatos. La movilización fue encabezada por el diputado del Frente para la Victoria Leonardo Grosso y los legisladores provinciales Eduardo Toniolli y Patricia Cubría. Luego, unas 400 personas escracharon a Fanchiotti en la puerta del penal y exigieron que fuera trasladado a una cárcel común.