Néstor Kirchner esperaba inaugurar su ciclo con un perfil propio que demostrara en los hechos su búsqueda de “renovación”. Esa ambición se mantiene para la gestión de gobierno, pero para la ceremonia de asunción su deseo no se podrá cumplir. El domingo próximo, cuando se ponga la banda presidencial, la Plaza de los dos Congresos estará ocupada por unas “15 mil personas” movilizadas por el PJ bonaerense. Así, la imagen de una plaza llena de militantes y familias del conurbano –cuya motivación es más despedir a Eduardo Duhalde que recibir a Kirchner– acompañará al santacruceño en su primer día como Presidente. La imagen servirá también para poner en escena la compleja convivencia pacífica con el duhaldismo que el flamante mandatario deberá encarar durante cuatro años y medio.
“Serán unas 15 mil personas”, anticipó ayer a Página/12 un intendente del conurbano que está organizando, en su distrito, el transporte de la gente hacia los alrededores del Congreso. Otro jefe comunal coincidió en esa cifra, y explicó a este diario que los contingentes más numerosos llegarán de Lanús, Florencio Varela, Avellaneda, Quilmes y otros municipios del sur del Gran Buenos Aires. Justamente, el peso de esa convocatoria quedó en manos de los dirigentes de la tercera sección electoral, mientras que los intendentes de la primera sección (Norte y Oeste) aportarán su gente para recibir a Duhalde en el Tedeum de Luján, a las nueve de la mañana.
La movilización de la tropa duhaldista tendrá como antecedente otra convocatoria al Congreso, que se realizó en la primera semana de enero de 2002, cuando la Asamblea Legislativa designó a Duhalde presidente provisional. Aquel episodio terminó con una pelea callejera entre militantes del PJ y unas columnas de la izquierda que estaban en las adyacencias del Parlamento. A los caciques del duhaldismo no les preocupa el precedente porque aseguran que el panorama se presenta muy distinto esta vez: “En aquel momento estaban las asambleas populares, donde tenían fuerza los zurdos. Ahora todo es diferente”, analizaba un intendente del PJ que no se quiere perder por nada del mundo la visita de Fidel.
La idea de despedir a Duhalde –y recibir a Kirchner– con una multitud frente al Congreso se terminó de decidir el martes pasado, en una reunión de los miembros del Consejo provincial del PJ. Los duhaldistas “de paladar negro” –como llaman en la provincia a los escuderos más fanáticos de Duhalde– fueron los impulsores de la propuesta, que fue retomada por todos, aun por aquellos dirigentes que se sienten más a gusto con Kirchner y Felipe Solá y ya hablan de “posduhaldismo”. Algunos de ellos propusieron que se lleven sólo banderas argentinas y pancartas que identifiquen la procedencia de cada columna.
A pesar de los matices que existen en el PJ bonaerense, sus dirigentes parecen haber encontrado un argumento común para defender la iniciativa ante la resistencia que generó en Kirchner y sus allegados. “La gente quiere movilizarse, a mí en un plenario me pidieron que querían despedir a Duhalde”, explicaba anoche un jefe comunal que, según sus dichos, pondrá en la calle “los recursos con los que contamos”.