EL PAíS • SUBNOTA › RESPALDO AL RECLAMO ARGENTINO Y A LA CREACIóN DE UN ESTADO PALESTINO
La Declaración de Lima fue firmada por los 32 países que participaron de la III Cumbre de América del Sur y Países Arabes. También reivindicaron el uso pacífico de la energía nuclear y la inviolabilidad de las sedes diplomáticas.
› Por Nicolás Lantos
Desde Lima
La Argentina recibió un nuevo espaldarazo en su reclamo para abrir negociaciones con Gran Bretaña sobre la soberanía de las islas Malvinas, al haber sido incluido este tema en la Declaración de Lima, que suscribieron ayer los 32 países participantes de la III Cumbre de América del Sur y Países Arabes, y que también abogó por la no proliferación de armas nucleares, la búsqueda de un desarrollo sustentable con cuidado del medio ambiente y la profundización de relaciones comerciales y políticas Sur-Sur. La guerra civil en Siria, la cuestión palestina y la inviolabilidad de las sedes diplomáticas, un tema sensible por el asilo que le dio Ecuador en su embajada en Londres al responsable de Wikileaks, Julian Assange, también forman parte del documento.
“La distancia es relativa cuando hay voluntad de las partes”, aseguró el anfitrión, Ollanta Humala. Para refrendarlo, se dio a conocer que habrá el año próximo en Quito, Ecuador, una reunión del ASPA a nivel ministerial para tratar asuntos relacionados con la protección del medio ambiente y que la próxima cumbre a nivel jefes de Estado, en 2015, se llevará a cabo en Arabia Saudita.
La jornada había comenzado con una hora de retraso, a causa de la demora de varios mandatarios en llegar hasta el Gran Teatro Nacional, donde se llevó a cabo la apertura del encuentro. Una de las últimas en llegar fue Cristina Kirchner. Tenía una excusa: la noche anterior también había sido la última en arribar a la ciudad. Recién pocos minutos antes de la medianoche pudo ingresar en su hotel, luego de detenerse a saludar y cantar con un grupo de la Juventud Nacionalista local, simpatizantes de Humala, que la recibieron con banderas, carteles y consignas sobre la unidad entre Argentina y Perú y la soberanía de las islas Malvinas.
Sin embargo, todas las miradas estuvieron puestas en la recepción que le diera el presidente local al chileno Sebastián Piñera, habida cuenta del pleito en el Tribunal de La Haya que mantienen ambos países por los límites del litoral marino. Piñera, en conferencia de prensa, fue muy duro con el boliviano Evo Morales, quien esta semana había dicho que Chile –que se niega a negociar una salida al mar para Bolivia– es una amenaza para la paz de la región. “Mi deber es defender la soberanía, territorios, mar y cielos chilenos”, dijo, zanjando la cuestión.
Una vez comenzada la cumbre, sin embargo, estos temas fueron dejados de lado y se privilegió alcanzar acuerdos que pudieran plasmarse en la llamada Declaración de Lima. No fue sencillo, por lo que el plenario de jefes de Estado, por decisión de ellos, no fue transmitido. Finalmente, ya avanzada la tarde, pudieron suscribir el documento, que alcanza una larga serie de puntos entre los que resaltan:
- Respaldar el pedido argentino a Gran Bretaña para que se siente en la mesa de negociación para dialogar respecto de la soberanía de las islas Malvinas, pero también un rechazo a la explotación unilateral de recursos del subsuelo que comenzaron a practicar los británicos en el Atlántico Sur, y un llamado a Londres a abandonar los ejercicios militares en la zona en disputa.
- Emitir un reclamo a los países desarrollados para que abandonden prácticas que distorsionan el comercio internacional, de forma tal que se garantice un acceso más justo a esos mercados de las economías del Hemisferio Sur.
- Reivindicar el derecho a los usos pacíficos de la energía nuclear por parte de países miembros del Tratado de No Proliferación, sujetos a salvaguardas y controles internacionales, así como insistir con la necesidad de encarar un proceso de desarme nuclear.
- Insistir en la necesidad de reconocer el derecho de Palestina a existir como un Estado, además de la importancia de este punto en la resolución de los conflictos en Medio Oriente.
- Abogar en la búsqueda de una solución pacífica a la guerra civil en Siria y rechazar la injerencia de potencias extranjeras en ese país.
- Reivindicar la inviolabilidad de las sedes diplomáticas, con la mente puesta en la situación de la embajada ecuatoriana en Londres, donde el gobierno de Rafael Correa da asilo a Julian Assange.
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