EL PAíS • SUBNOTA › LA AUDITORíA DE LOS SUBTES
› Por Nicolás Lantos
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, justificó en una supuesta emergencia de seguridad la decisión de hacerse cargo del subte porteño, tal como se había comprometido (y luego incumplido) en enero. “No nos quedaba otra frente al autoritarismo y la negligencia del gobierno nacional”, aseguró el martes en la conferencia de prensa en la que citó una auditoría realizada por el Metro de Barcelona para justificar el cambio de su postura. Sin embargo, una lectura de ese documento deja a la vista que, si bien hay problemas que resolver, algunos en el corto plazo, no se trata, como dijo el jefe de Gobierno, de una situación de desastre inminente.
“Si hay cambios que hacer, desde enero del año pasado son responsabilidad del Gobierno de la Ciudad”, sostuvo la legisladora porteña Gabriela Cerruti, quien anunció que hará un pedido de informes para saber por qué se recurrió a una empresa española para una auditoría cuando la Sbase porteña tiene la obligación de hacer lo propio y el año pasado presentó un informe más detallado que el que mostró Macri anteayer. “Vamos a pedir en la Legislatura que se nos dé información sobre por qué se contrató, cuánto costó y si tiene alguna relación con otras operaciones realizadas con empresas españolas, como la compra de vagones”, aseguró la legisladora de Nuevo Encuentro.
“El subte funciona mal, como parte de una mala gestión del gobierno nacional. Después de la tragedia de Once, la Presidenta no hizo una autocrítica sobre la corrupción y la falta de inversión. Hemos llegado a la conclusión de que si no nos hacemos cargo, lo que viene va a ser peor”, sostuvo el jefe de Gobierno porteño, pasando por alto que el subte es responsabilidad de la Ciudad desde el 3 de enero de este año, según el acta-acuerdo firmada por las partes a principio de 2012. “El contenido de la auditoría no amerita tanto alarmismo –disintió Cerruti, en diálogo con Página/12–. Sigue buscando excusas para no hacerse cargo de lo que tiene que hacerse cargo.”
El texto de la auditoría, al que tuvo acceso este diario, señala que, en general, “existe constancia documental del mantenimiento preventivo y correctivo” y que “el plan de mantenimiento se cumple con algunas desviaciones no significativas”, más allá de que señala algunas fallas que deben ser resueltas a corto plazo, como el emplazamiento de las baterías en algunos vagones en la línea C y el reemplazo de los viejos vagones Brugeoise (los de madera) en la línea A. “El principal problema que señala es que los subtes son viejos. Pero la última compra de vagones la hizo Macri al Ayuntamiento de Madrid y también son vagones viejos”, agregó Cerruti.
Por otra parte, el jefe de Gobierno deberá explicar por qué recurrió a una empresa extranjera para hacer un trabajo que ya realiza la Sbase. Según denunciaron sectores cercanos a los trabajadores del subte, además, el informe del Metro de Barcelona recae en diversos errores, como evaluar el estado de ciertas marcas de vagones en líneas donde no se utilizan e ignorar por completo la existencia de la línea H.
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