Una de las razones que encontraron en la Cámara de Diputados para promover el juicio político por mal desempeño en el ejercicio de sus funciones al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Julio Nazareno, es su actuación en una causa que involucra al empresario y actual candidato a jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. Se trata del caso de defraudación al fisco mediante maniobras de importación de autos por el cual fue procesado junto a su padre Francisco y del cual fueron desvinculados por el máximo Tribunal.
La denominada “causa Macri” figura junto a la del contrabando de armas y los casos Meller y Magariños entre las causales por las que en la Cámara baja se impulsa el juicio político a Nazareno. El expediente judicial que involucró a los Macri tuvo su origen en una denuncia que en 1994 realizó la DGI por presunto contrabando y evasión fiscal por parte de Sevel.
Según la DGI, esa empresa enviaba autopartes a Uruguay bajo el régimen de exportaciones definitivas, con las cuales se armaban coches que después eran importados a la Argentina. El organismo recaudador estimó que esa maniobra perjudicó al fisco en alrededor de 55 millones de dólares.
Los Macri apelaron su procesamiento en primera instancia y consiguieron su sobreseimiento en la Cámara de Casación Penal. El fiscal Ricardo Weschler recurrió en queja a la Corte ante la decisión de ese tribunal, pero su pedido no fue tenido en cuenta: los supremos lo rechazaron sin dar los fundamentos del caso. Los diputados consideran “grosera la conducta de la mayoría automática que consolidó la impunidad de Macri, quien debió ser juzgado por los hechos que se le atribuían”.