Ramón Ferreyra, padre de dos de los militantes del Movimiento Evita de Rosario baleados el jueves pasado, denunció que tuvo que abandonar el barrio donde vivía tras recibir amenazas. “Lo que he construido con trabajo social, mis casas, tengo que dejar todo por las amenazas de muerte”, denunció ayer a Canal 3 de Rosario Ramón Ferreyra, padre de Ariel y Carlos, de 19 y 21 años, respectivamente, quienes junto a Gastón Arregui (24), resultaron heridos cuando dos bandas de narcotraficantes comenzaron a tirotearse. Ferreyra, que al igual que sus hijos y Arregui, es militante del Movimiento Evita, denunció que el viernes pasado dos sujetos se aparecieron en su casa, le apuntaron con “una pistola 9 milímetros” y lo obligaron a llamar al Chino Rosúa (dirigente del Evita) “para que le diga que levantábamos la denuncia y que estábamos arrepentidos”.