El ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, William Hague, planteó desde Brasil, donde realiza una visita oficial, la exigencia británica de incorporar a los kelpers a cualquier mesa de negociación sobre Malvinas, para ponerles un nuevo freno a las resoluciones de las Naciones Unidas que instan a un diálogo “bilateral” con Argentina para terminar con la situación colonial en el Atlántico sur. Hague no contempló que sus declaraciones tuvieran una respuesta directa del propio gobierno brasileño. El canciller Antonio Patriota fue el encargado de ratificar que Brasil, al igual que el resto del Mercosur, los países sudamericanos y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), “respalda la soberanía argentina (sobre las islas) y el diálogo entre Argentina y el Reino Unido bajo los auspicios de las Naciones Unidas”.