EL PAíS • SUBNOTA
La mirada de los consultores
“Prekirchnerismo”
“En el universo opositor hay una contradicción entre oferta y demanda de propuestas políticas. Hay un discurso y una convocatoria basados exclusivamente en el antikirchnerismo. Esbozan consignas de unidad y convergencia envueltas de dramatismo. Del otro lado, las bases electorales opuestas al Gobierno reclaman discursos más positivos y renovación de liderazgo, rasgos que no aparecen en la foto del encuentro del miércoles pasado. Además, los dirigentes que acudieron hablan de poskirchnerismo, pero forman parte del prekirchnerismo. En cuanto a la inconsistencia ideológica, la experiencia electoral es elocuente respecto de la resistencia de la ciudadanía a acompañar propuestas únicamente antikirchneristas, como fue la unión Alfonsín-De Narváez. La oposición no ha logrado resolver todavía los desafíos del 2011, y los liderazgos no aparecen. Inclusive la figura de Macri, quien no participó del acto, se desdibujó mucho a nivel nacional en el último año.”
“Una alternativa”
“No hay que pensar esto como una alianza o un punto de llegada, sino como inicio de la constitución de una alternativa electoral de gran amplitud ideológica para evitar la dispersión del 2011. Si se aprendió del 2009, con un grado de atomización de la oposición menor, va a haber una elección más disputada. En relación con la ausencia de Macri, lo fundamental de los encuentros peronistas no es ver quién está, sino quién no va. Aun así, el macrismo tiene dos cosas para seguir negociando: Capital Federal y Santa Fe. El peronismo, por su parte, se organiza internamente para ser fuerte a la hora de sentarse a dialogar. El proceso de designación de liderazgo se dará por etapas. De hecho, los más presidenciables, como Sergio Massa, Daniel Scioli o Macri, no estuvieron presentes. Lo fundamental es que gran parte de la oposición entendió que sin una buena elección en el 2013, no hay chances para el 2015. Ganar ahora es mostrar que el ciclo del kirchnerismo está agotado.”
“Más fragmentación”
“Este espacio le agrega más fragmentación a la oposición, donde no prevalece nadie. Redistribuyen el 45 por ciento de votos opositores del 2011. Si De la Sota se erige como líder, absorbe los votos de Duhalde o Rodríguez Saá; si Macri asume un liderazgo, se queda con los votos de Binner y/o de Duhalde. Además, no hay unión programática porque no hay incentivos para una verdadera unión nacional. Todos compiten en términos de oposición, pero desde sus bases distritales. El problema es que el liderazgo que predica la oposición responde a un mandato moral y en la Argentina históricamente los líderes se apoyan en los resultados electorales. Ningún dirigente de la oposición supera nacionalmente el 17 por ciento. Deben comprender que los políticos se consolidan al competir. Perón fue Perón, Néstor fue Néstor y Cristina es Cristina porque ganaron grandes elecciones. En definitiva, la reunión de este sector opositor no produce grandes cambios en el mapa electoral.”
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