Diversas instituciones artísticas y culturales despidieron ayer a León Ferrari, a través de comunicados, sitios web y redes sociales. “Nos sumamos al enorme pesar causado por la muerte de León Ferrari, un sobresaliente artista que en 2007 representó a la Argentina en la Bienal de Venecia, obteniendo el León de Oro, máximo galardón otorgado por el jurado al mejor artista del certamen”, expresaron desde el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), que posee 39 obras donadas por este agitador espiritual nacido el 3 de septiembre de 1920. Algunas de ellas pudieron verse en la última edición de la feria ArteBA. Ferrari fue un “incansable luchador contra la dictadura”, subrayaron mediante un comunicado, que ponderó también las ilustraciones realizadas para la reedición del Nunca Más, lanzado en 1996 por Página/12.

El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), en el que descansan otras 30 piezas de Ferrari, lo saludó con “cariño y admiración”. La institución recordó que “el gran maestro prestó generosamente La civilización occidental y cristiana” para su apertura, en 2001. Tres años después, presentó allí, en las terrazas, sus esculturas sonoras, y hace un año realizó la exposición Brailles y relecturas de la Biblia. El Malba lo rescata como un “escultor autodidacta con una fuerte veta experimental en el arte postal, las heliografías y el videotexto”, recursos al servicio de una “fuerte crítica al poder político y religioso”.

El Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti despidió con “gran dolor” al “infatigable defensor los derechos humanos” fallecido ayer, a los 92 años. A través de un comunicado, su director, Eduardo Jozami, describió a Ferrari como un “autor de una obra notable, que no conoció límites en su búsqueda de nuevas formas, estilos o materiales”. También como un “gestor de un arte político que denunció la dictadura y sus complicidades eclesiales”. Recientemente, el Haroldo Conti exhibió la muestra Taller Ferrari, inaugurada el pasado 24 de marzo con la presencia de Ferrari. “Alojar esa muestra en el Conti no sólo fue un honor sino también un acto de justicia, debido a la fuerte vinculación que tuvo León –padre de un desaparecido en la ESMA– con el movimiento de derechos humanos, con la recuperación del predio y con la creación de este centro.”

Desde el Palais de Glace, repitieron unas palabras que habían sido hilvanadas en ocasión de la muestra Otras bestias, que se exhibió allí en 2011: “Las reflexiones sobre el poder, la represión y la religión, así como las denuncias constantes sobre las consecuencias de la guerra, la violencia y el hambre en la Argentina y en el mundo, son problemáticas cuestionadas y satirizadas. León Ferrari nos presenta un nuevo conjunto de obras en los que utiliza la sorpresa, la transgresión, el humor y el extrañamiento como herramientas de creación que le permiten reflexionar sobre la condición humana”. Por su parte, Nora Hochbaum, directora general del Parque de la Memoria Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, caracterizó la obra de Ferrari por su “irreverencia, lucidez y compromiso político”. Mencionó, asimismo, que la escultura “A los derechos humanos”, expuesta en el parque, es una obra de arte sonora “pensada por León como un artefacto para dibujar sonidos y crear hechos musicales, visuales y táctiles”. Por la “valentía de León en la lucha por construir un arte comprometido con la defensa de los derechos humanos”, esa pieza suena ahora con más fuerza que nunca.