La DAIA anunció ayer que presentará una denuncia contra el ex canciller Carlos Ruckauf por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Según el titular de la DAIA, José Hercman, cuando salieron las órdenes de captura emitidas por el juez Juan José Galeano contra varios iraníes acusados de participación en el atentado, Ruckauf le dirigió una nota al gobierno de Teherán pidiéndole disculpas “por el exabrupto del juez”. Según parece, la nota cursada por Ruckauf fue borrada del mapa y no existe copia en la Cancillería, como tampoco hay copia de una respuesta de Irán.
La existencia de esas notas era hasta ahora desconocida, pero la postura de Ruckauf en el año 2002 fue de no hacer movidas en relación con el tema Irán. Ahora, en cambio, el canciller Rafael Bielsa pasó a la ofensiva y ya les presentó a los iraníes tres veces los pedidos de captura. En dos oportunidades, Irán devolvió los pedidos sin más comentarios. La tercera vez pidió una nueva traducción de las órdenes de captura de Galeano.
La imputación a los iraníes fue siempre impulsada por el gobierno norteamericano, por Israel y por la SIDE. No faltan los que opinan que en este terreno, como en casi todos los demás, la investigación de Galeano hace agua por todos lados. El régimen de Teherán es retrógrado al extremo, pero nunca fue acusado de poner bombas para matar de forma indiscriminada. Al mismo tiempo la acusación de Galeano se asienta en arrepentidos que cobran por acusar a sus ex gobiernos, evalúa como categóricas evidencias que se pueden interpretar de forma contraria y se basa, sobre todo, en informes de inteligencia. “Pretenden usar los atentados de la misma manera que el cuento de las armas de destrucción masiva que supuestamente existían en Irak”, es el diagnóstico de los que no coinciden con Galeano, la CIA, el Mossad y la SIDE.