EL PAíS • SUBNOTA › EL CASO DEL FICTICIO CONFLICTO LIMITROFE CON BOLIVIA
› Por Raúl Kollmann
Durante la semana que pasó, el diario El Tribuno de Salta publicó que se le habían entregado a Bolivia unos 30 kilómetros de territorio salteño. En la nota no se consultaba a ninguna fuente oficial y sólo se citaba a pobladores no identificados. Sin embargo, se publicó en La Nación e Infobae, con furibundos comentarios de sus lectores. Ambos gobiernos lo desmintieron de inmediato y en estos días nadie volvió sobre el tema.
–¿Qué pasó con Bolivia?
–La verdad, me quedé shockeado. Primero, por cómo se inventa una noticia, sin chequearla, sin preguntarnos. Pero sobre todo por la xenofobia que se refleja en algunos sectores sociales de la Argentina, en especial con los ciudadanos que viven acá y que vienen de otros países latinoamericanos. Y esto no es diferente de lo que les hacían a los inmigrantes europeos a principios del siglo XX. No nos olvidemos de que en la Argentina hubo un pogrom, es decir una jornada de ataque contra judíos que vivían en Buenos Aires. Fue en 1919. Cuando atacar a un hombre que se llamaba Pinie Wald, redactor de Die Presse, La Nación tituló que Wald era “el futuro dictador de los soviets de la Argentina”. Ese pogrom fue impulsado por los sectores más adinerados de la sociedad, porque esos son los más xenófobos. Esta vez los difusores fueron La Nación e Infobae. Hubo una doble intención: el deseo de buscar permanentemente algo para atacar al Gobierno y también intentaron inflamar la vena xenófoba de parte de sus lectores. Y eso es lo que a mí más me preocupó.
–¿Pero cuál fue el hecho?
–No ocurrió nada. Un diario salteño publicó que la Argentina había cambiado la frontera. La frontera está delimitada desde hace casi cien años y nunca fue cambiada. Para cambiar una frontera hay que firmar un tratado internacional y ese tratado tiene que ser enviado al Parlamento. Dos funcionarios no pueden cambiar una frontera y ahí se decía que habíamos cambiado 600 kilómetros cuadrados. Todo lo que se está haciendo es densificar la frontera, es decir que se ponen más hitos de los que había antes, más monolitos que indican dónde está la frontera, delimitada hace cien años. Y se hace con fotografía digital, respetando la frontera que existe. El territorio argentino está intacto.
–¿Qué dijo el gobierno boliviano?
–Estaban sorprendidos. Fue una noticia falsa. La Nación, que fue de los que más promovieron aquellas acciones contra los inmigrantes judíos o italianos en la segunda década del siglo XX, replicó una noticia que sabe que va a exacerbar a las personas con posturas discriminadoras y lo hace con la intención no sólo de atacar al Gobierno, sino a una de las mejores políticas que tenemos que es el plan Patria Grande, que regulariza la situación de los inmigrantes. No se olvide que La Nación publicó como folletín el libro La Bolsa de Julián Martel, uno de los libros más antisemitas publicados en el país. En lo que publicaron sobre la frontera no hubo un error de los editores, sabían que estaban provocando a sus lectores, que es lo que sucedió. Basta ver los comentarios de sus lectores sobre lo publicado. A mí no me preocupa la influencia en la relación con Bolivia, que es excelente. Y tampoco el ataque al Gobierno, que puede ser legítimo desde su punto de vista. Sino que provoquen una situación difícil para la comunidad boliviana en la Argentina. Estábamos junto con los bolivianos en la Celac, salimos juntos a contestarles y no quisimos contestar más duramente porque no queríamos provocarle un problema a la comunidad boliviana que vive en el país. Si pasaba algo, iba a ser responsabilidad de La Nación e Infobae.
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