“Una carpa de hule, no sé si observaron: al costado, tenía una ristra de chorizos. No es para reírse, es para llorar. Estaba enrollada y seguramente era la comida que le daban, o el precio de su trabajo, que ya ni siquiera es informal, eso es trabajo esclavo. Y lo curioso es que estaban en una propiedad de alguno de los miembros de la oposición, que nos critican por inflación o por inseguridad, por tantísimas otras cosas.” La presidenta Cristina Fernández de Kirchner mencionó, y exhibió, en su discurso de ayer la tapa de Página/12 en la que se denunció la existencia de trabajo informal y en condiciones infrahumanas en un campo propiedad del ex presidente interino Ramón Puerta. La mandataria hizo hincapié en la potencia de una imagen que desnuda la impunidad de los poderes fácticos, el poder económico. Luego de las inspecciones del Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios, el abogado de la dependencia oficial de Misiones fue extrañamente asaltado por un grupo que, en su huida, se tiroteó con la policía.

“¿Qué temperatura tenemos en Misiones? ¿40 grados? Imagínense este trabajador, durmiendo debajo de una carpa en estas condiciones y comiendo estos chorizos bajo 40 grados de temperatura. Y después, el dueño del campo hablando contra el Gobierno”, agregó Fernández de Kirchner. La mención, insistente, sobre la comida que apareció en la foto publicada por este diario no es un dato menor. Según denunció el tarefero Ramón Piñeiro, en diálogo con Página/12, los contratistas –que trabajan para Puerta– les daban la carne el primer día de ingreso al campo y, después, los peones se las tenían que arreglar.

La inspección del Renatea arrojó un panorama desolador: carpas que se venían abajo, colchones llenos de bichos, comida en mal estado y sin agua potable para beber. Puerta argumentó que los peones que estaban en su finca podían retirarse a sus casas. Sin embargo, la presencia de comida, captada por el ojo de la lente, desmiente al ex presidente por un día.

“No quieren trabajar en blanco para no perder los planes Trabajar.” Esa fue la respuesta de Puerta en una entrevista radial para explicar lo indecible. También sostuvo que él no tenía trabajadores rurales y que subcontrataba a “prestigiosos contratistas”. Justamente, la Ley de contratos rurales, que Puerta no votó, ya que se ausentó del debate cuando todavía era diputado, establece que los dueños de los campos son solidariamente responsables por lo que hagan los contratistas. El Renatea solicitó que se investigue penalmente a Puerta por los delitos de trata de personas (laboral) y explotación infantil, ya que durante los operativos se encontró a un menor.

“El sindicato no sé si estaría, estaría en algún encuentro en Mar del Plata, en algún casino, qué sé yo. Porque ahora hasta casino tienen, les ha ido bien”, ironizó Fernández de Kirchner. La mandataria aludió a Gerónimo “Momo” Venegas, titular de Uatre. Los empleadores les descuentan a los tareferos el 2 por ciento de su sueldo como aporte a Uatre. Desde que se creó el Renatea y comenzaron a tomar estado público los casos de explotación laboral en los campos, Venegas nunca estuvo del lado de los denunciantes. El caso de los tareferos en I Pora no fue la excepción.

Uno de los administradores de sus campos es Rodolfo “Ralph” Kirby. Este personaje fue funcionario del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el Ministerio de Salud, durante la gestión de Jorge Lemus. Puerta era uno de los principales proveedores de la empresa Cruz Malta, cuyo director era Kirby. Como parte del acuerdo político que supo tener Puerta con Macri, Kirby fue segundo de Lemus.