La última comunicación del avión antes de caer al Río de la Plata fue a las 12.20, poco después de haber despegado del aeropuerto de San Fernando. Fue un intercambio de rutina con la torre de esa estación. En rigor, fue la única comunicación oficial, por radio. La siguiente fue a través de un teléfono celular, al 911. Un pedido de auxilio. Pero lo hizo uno de los pasajeros: el avión ya había caído y el piloto, se supone, ya había fallecido, según relató a Página/12 una fuente de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC). Minutos antes del accidente, el piloto había comentado a los pasajeros que “había mucha niebla” en el aeropuerto de Carmelo y estaba buscando “otro lugar” para aterrizar, relató uno de los sobrevivientes.

La comunicación con el piloto no dio ninguna pista y la Junta de Investigaciones todavía no pudo tomar contacto con la máquina, que hasta última hora seguía siendo escenario del rescate de las víctimas.

“A los pocos minutos de salir, el piloto avisa a la torre de control de San Fernando que pasó las cinco millas y que empezará a operar con la torre de control de Carmelo para que lo guíe. Ese fue su último contacto con la torre de San Fernando”, reveló el vocero de la ANAC.

“Era un vuelo de 25 minutos y calculamos que el accidente, por donde estaba ubicado el avión, habrá ocurrido a las 12.40, unos cinco minutos antes de llegar a destino”, amplió. Cuando la torre de control de Carmelo no advierte la llegada de la aeronave, “avisa a su par de San Fernando y, a partir de allí, se inicia el operativo de búsqueda de la máquina, que es avistada alrededor de las 14.

Una de las hipótesis que maneja la ANAC “es que el piloto haya sido afectado por dos bancos de niebla muy ciegos que había en la zona; otra es un desperfecto o rotura en la aeronave; la tercera tiene que ver con el combustible cargado, ya que si el piloto no cargó la totalidad del tanque es probable que se haya condensado y mezclado con agua”.

La hipótesis de la niebla se sostiene además por el testimonio de Sebastián Vivona, uno de los sobrevivientes. Vivona le contó a la médica que lo atendió que “el piloto nunca habló de que hubiera sufrido un desperfecto”. “Nos dijo que había mucha niebla, y buscaban otro lugar” para aterrizar.