EL PAíS
• SUBNOTA › MAURICIO MACRI CERRO SU CAMPAÑA ENTRE BOMBOS, CON LA VIEJA FUP
“Vamos a terminar con los punteros”
Esta vez con entrada libre, el acto de cierre de campaña en la sede del partido de Mauricio Macri estuvo signada por la presencia de los punteros de la FUP y su gente –el viejo aparato grossista del PJ Capital–, algo que no hizo cambiar el discurso tradicional del candidato. “Vamos a terminar con el aparato de punteros y ñoquis que se adueñó de la ciudad de Buenos Aires”, prometió Macri, imperturbable. Fue el fin de una jornada que comenzó con el empresario a bordo de una 4x4 a la cabeza de una caravana que recorrió Belgrano, Barrio Norte, Caballito, Abasto y Parque Patricios. “Esta ciudad está abandonada porque un grupo de políticos se dedicó a hacer la plancha”, lanzó en el acto.
En ocasión de la primera vuelta de las elecciones porteñas, la entrada a la sede de Compromiso para el Cambio, ubicada en Chacabuco y Alsina, estaba custodiada y sólo se podía ingresar si se contaba con la pulsera identificatoria correspondiente. Los punteros que venían de los barrios, entonces, se quedaron en la puerta esperando que los dirigentes bajen a saludarlos. Esta vez ingresaron y llenaron el local con bombo y todo.
“Vamos a tener un Estado que trabaje para los vecinos y no para el aparato político”, sostuvo Macri. El presidente de Boca ratificó que la oratoria no es su fuerte y, cuando vio que se repetía, acudió a un machete. No obstante, el texto escrito no difería mucho de lo que viene sosteniendo desde hace meses en las publicidades de campaña. “Ellos se juegan sus cargos, nosotros el futuro de nuestros hijos”, leyó.
A propósito de los spots, se pasaron una y otra vez en una pantalla gigante en la hora de espera hasta que apareció el candidato. También se repetía una especie de clip en el que el cantante de Memphis, Adrián Otero, cantaba la versión de “La Bifurcada” que hizo para la campaña de Macri. “¿Qué pasó con tu amigo?”, cerraba mientras aparecía en pantalla una foto de Ibarra con Fernando de la Rúa. “Poné la Marcha Peronista”, pedían desde un costado, cuando las mismas canciones ya cansaban.
Macri apareció en escena en una lluvia de papelitos junto a su compañero de fórmula, Horacio Rodríguez Larreta, y a varios diputados y legisladores electos. “Aquí está mi equipo. La mayoría son jóvenes que no han participado en política y se quieren involucrar”, explicó Mauricio. Por detrás se asomaban el ex interventor del PAMI, Santiago de Estrada, y el ex ministro Jorge Vanossi, con una buena cantidad de años en el rubro, pero nuevos a los ojos de Macri.
“Al aparato ya le ganamos en primera vuelta, le vamos a ganar también en la segunda”, remarcó Macri. El candidato volvió a mostrarse componedor con el gobierno nacional, que en esta campaña jugó abiertamente a favor de su rival, Aníbal Ibarra. “Junto con los gobernadores, vamos a ayudar al Presidente en la tarea de llevar a la Argentina adelante”, aseguró.
Más colorida resultó la caravana que arrancó al mediodía en Cabildo y Federico Lacroze con cotillón de globos y banderas. La preocupación del macrismo fue que la marcha no interrumpiera el tránsito –ya se sabe cuánto le molestan las protestas piqueteras–, por lo que anduvo derechito por los carriles centrales, permitiendo la circulación por los laterales. En las esquinas más concurridas, la caravana se detuvo para que el empresario dijera algunas palabras. En lo que más insistió fue en que se le diera “una oportunidad” para gobernar la ciudad. “Me metí en la política para hacer un cambio en serio”, remarcó.
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