“El momento más emotivo de todos mis encuentros con el papa Francisco”, lo definió la Presidenta. Fue cuando Victoria Montenegro, nieta recuperada y militante de Kolina, le entregó a Jorge Bergoglio un collage con las fotos de sus padres y del lugar donde fue enterrado su papá. “El se emocionó mucho y yo también”, contó CFK en la conferencia de prensa que dio luego del almuerzo.

La Presidenta recordó que conoció a Montenegro el 25 de febrero de 2010, en el último cumpleaños de Néstor Kirchner, en el que estuvieron Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Hijos y Nietos: “Estuve dos horas hablando con ella, de su historia, que refleja la tragedia que vivimos los argentinos”, dijo.

Victoria Montenegro nació el 31 de enero de 1976 y fue secuestrada junto con sus padres, Hilda Torres y Roque Montenegro, cuando apenas tenía trece días. La dejaron en la Brigada Femenina de San Martín “al cuidado” de unas monjas, aparentemente de una congregación de Morón. Seis meses después, se la llevó el coronel de inteligencia Herman Tetzlaff, que la anotó como su hija. El hombre había encabezado el grupo de tareas que entró en su casa de Boulogne y él mismo había asesinado a sus padres.

Victoria no corrió a los brazos de su familia biológica cuando supo la verdad, le costó tiempo y esfuerzo asimilar quién era y lo que le habían hecho, la educación marcial había calado hondo. Le daba vergüenza ser “hija de subversivos”. Sin embargo, hoy es difícil imaginarla de otra manera que no sea militando, trabajando, hablando del derecho a la identidad, del ejemplo de sus padres. “Sabemos que hay sectores de la Iglesia que fueron cómplices con la dictadura. Creo que la actitud del Papa suma, los gestos que tiene, la carta que le envió a Estela (de Carlotto) cuando encontró a su nieto, hace que muchas personas nos ayuden”, dijo Montenegro a Página/12 luego de saludar al Papa y de convertirse en una protagonista inesperada de la jornada.

“Sólo el amor alumbra lo que perdura”, escribió en el collage con las fotos que le dejó al Papa. Es una frase de Silvio Rodríguez, pero Victoria la escuchó por primera vez de boca del padre Carlos, de la iglesia de la Santa Cruz (es que en casa de Tetzlaff se escuchaba otra música). “La puse pensando en las Abuelas, que buscan a los de-saparecidos con vida y logran el milagro del amor. Ellas nos buscaron a nosotros, me dieron mi identidad y nosotros les damos identidad a nuestros padres”, dijo, todavía nerviosa, casi temblando, al relacionar el hallazgo de su propia historia con el hallazgo de los restos de su papá, asesinado en un vuelo de la muerte, enterrado como NN en Colonia y recuperado en 2012.