EL PAíS • SUBNOTA
› Por Mariana Carbajal
María Elvira Mendizábal está dando una difícil batalla legal para lograr que quienes adopten tengan derecho también a una licencia por maternidad y paternidad, como quienes tienen hijos biológicos. Hoy, ese beneficio no existe en el país. Mendizábal y su esposo Enrique Barilari adoptaron dos niñas, luego de varios años de intentar lograr un embarazo. La primera llegó a su hogar en junio de 2010. Tenía dos años y padecía hidrocefalia, una enfermedad que produce retraso madurativo: por entonces, no hablaba ni caminaba. “Cuando nos llaman del tribunal para comunicarnos que nos entregaban a la nena, nos enteramos que hay licencia por adopción”, contó a Página/12. Ella trabaja en el área de administración de una empresa privada. Su marido, en el sector de informática de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia. “Pude negociar en la empresa trabajar desde casa y los primeros tres meses me conectaba a la 1 de la mañana, o cuando ella dormía la siesta, para hacer mi trabajo. Hacía malabares. Es increíble que no haya licencia por adopción. En una adopción justamente tenés que hacer el vínculo con tu hija, necesitás tiempo”, dijo Mendizábal. El matrimonio quiso ampliar la familia y luego de los correspondientes trámites de adopción, hace cuatro meses recibieron a una beba que acaba de cumplir 8 meses. Esta vez, Mendizábal reclamó primero ante la Anses. Pero el organismo le denegó el pedido a través de una nota fechada el 7 de agosto, alegando que no estaba contemplada en la Ley de Contrato de Trabajo, que sólo se da en casos de parto. Frente a la negativa, decidió recurrir a la Justicia. Con el patrocinio de la abogada María Eugenia Tuñón, presentó un recurso de amparo contra la Anses –encargada de pagar las licencias por maternidad–, donde planteó que se la estaba discriminando, pero no sólo a ella, como madre, sino también a su hija por negarle la posibilidad del cuidado de su madre. El expediente Nº 61977/2014 recayó en el Juzgado Federal de Primera Instancia de la Seguridad Social Nº 10. Pero el 2 de septiembre, la jueza Ana María Rojas de Anezin se declaró incompetente y ordenó girar la causa con carácter de urgencia al fuero laboral. Pero los tiempos de la Justicia no saben nada de los tiempos de crianza y crecimiento de un bebé. “Todavía la causa no fue girada. Yo trabajé estos tres meses desde mi casa, nuevamente. Pude negociarlo con la empresa, que me pagó todo el sueldo. Pero ya volví a trabajar y la Justicia todavía no se pronunció”, señaló Mendizábal con indignación.
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