EL PAíS
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Cristina y Hillary Rodham
› Por Sergio Moreno
Minutos después de que su marido el Presidente acabe con el discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la senadora y primera ciudadana –como gusta que la llamen–, Cristina Fernández de Kirchner, abordará el Tango-01 para hacerse una escapada a Washington. Allí la espera, en el Capitolio (el Congreso norteamericano), la también senadora, pero por el estado de Nueva York, y ex primera dama Hillary Rodham de Clinton. El encuentro de ambas ladies tiene el efecto simbólico de enfrentar y hacerse conocer –y caerse en gracia, obviamente– a dos mujeres con varias similitudes (salvando la distancia infinita que existe entre los países de cada una): las dos han sido o son esposas de presidentes, ambas senadoras, las dos son cuadros políticos de los sectores más progresistas de sus respectivos partidos, ambas tienen ambiciones políticas a futuro, a las dos las conocen por su nombre de pila. La conversación durará alrededor de media hora y fue concertada en forma paralela al viaje presidencial. Tan paralela que no figura en la agenda oficial del periplo. Terminado el encuentro, sobre el que el Gobierno tiene muchas expectativas, Cristina Fernández regresará a Nueva York para reintegrarse a la comitiva oficial.
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