EL PAíS • SUBNOTA › INVESTIGAN SU TRABAJO Y EL FUNCIONAMIENTO DE LA UNIDAD AMIA
› Por Raúl Kollmann
El técnico informático Diego Lagomarsino deja abierta una serie de interrogantes. La fiscal Viviana Fein tiene un informe sobre viajes que Lagomarsino realizó con Alberto Nisman. Uno a Chile, pero parece que hay otros. Al menos por ahora, no hay explicación de esas excursiones. Al mismo tiempo, la Fiscalía AMIA era una de las pocas que tenía técnicos informáticos propios. Lo asombroso es que además de ellos y por fuera de ese equipo, allí estaba contratado Lagomarsino, con un sueldo llamativo, el más alto existente en cualquier fiscalía del país. Es otro enigma al que se le busca explicación.
Mientras la fiscal espera nuevas pruebas que le confirmen que Nisman se disparó a sí mismo, empezó a transitar una investigación obligatoria: si alguien lo presionó para que se quitara la vida. Esa pesquisa debe esclarecer qué hacía Lagomarsino en la Fiscalía: al fin y al cabo fue la última persona que vio al fiscal con vida y quien le dio el arma.
Una clave es el celular. Cuando Lagomarsino se presentó a declarar, pocas horas después de la muerte de Nisman, la fiscal le incautó el celular. Ahora Fein está esperando que la ex esposa del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien representa como querellante a las hijas del matrimonio, designe peritos de parte para que intervengan en los análisis de los celulares.
Hay un dato llamativo: Lagomarsino viajó con Nisman varias veces. Está claro que en una oportunidad a Chile pero, según trascendió, hay otros viajes. La Fiscalía mantiene confidencialidad sobre los destinos de esas travesías. No queda claro para qué y por qué hicieron esos viajes.
Por supuesto que hay un enorme interrogante sobre el trabajo que hacía Lagomarsino. La Procuración tiene un equipo informático al que recurren todas las fiscalías. Algunas pocas tienen su propio equipo, como la Unidad AMIA. O sea que la Fiscalía a cargo de Nisman tenía empleados dedicados a todo el tema informático y, además, por afuera de ese equipo, estaba Lagomarsino. Fein va a investigar esta situación. Y la fiscal está mirando otros contratos que le parecen extraños en la unidad AMIA.
Nada parece indicar que Lagomarsino haya tenido que ver con la muerte de Nisman. La idea de que le entregó el arma y le dijo “ya sabés lo que tenés que hacer” quedó desvirtuada por el hecho de que Nisman le pidió una pistola a otra persona, el custodio Rubén Benítez. O sea que era Nisman el que buscaba un arma; no era Lagomarsino el que se la dio para presionarlo. Aun así, parece evidente que el técnico informático tiene muchas explicaciones para dar, sobre los viajes, sobre su trabajo, incluso sobre los vínculos de Nisman con Jaime Stiuso y lo ocurrido en los últimos días.
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