Alan Iud es abogado de Abuelas de Plaza de Mayo. “La pena es muy inferior a la que pedimos. La mitad, de hecho, desde ya nos parece desproporcionada para la gravedad y el crimen que cometió Ana María Grimaldos, especialmente considerando que estuvo 24 años prófuga y tomando en cuenta que el tribunal dijo que era un crimen de lesa humanidad. Eso tiene que traducirse en la sanción penal, que es la forma que tiene la ley de explicar la gravedad de un delito o hecho. Más allá de eso, rescatamos la condena en sí. A nuestro entender ha quedado probado en el juicio que Grimaldos sabía que Javier era hijo de desaparecidos. Esperaremos ver los argumentos en la sentencia, pero de la circunstancia que lo han calificado como de lesa humanidad se desprende eso. Ese fue el centro de la defensa de Grimaldos y lamentablemente es lo que ha repetido Javier, no sé si lo cree o no.

–¿Esto es el nudo?

–Que el tribunal como un tercero imparcial establezca que sabía y que es un crimen de lesa y es responsable de sus actos y que no es exclusiva responsabilidad de Vildoza, sino que ella tiene su cuota de responsabilidad. Esperemos que Javier, en un tiempo más bien cercano, vea las cosas desde otro lugar. Y también esperamos que a la familia esto le permita cerrar un círculo que nunca va a estar completo en la medida en que los papás de Javier siguen desaparecidos y que hay un vínculo por restablecer, pero esperamos que ayude a eso.

–¿Es baja de acuerdo con otras condenas?

–El Poder Judicial viene dictando sentencias para apropiadores en esta línea. Ha habido condenas a mujeres más altas, a doce años. Hay casos de 8 años. Y hay sobreseimientos y penas mínimas o cercanas a la mínima como en este caso.