Lo que sigue es una carta del ex juez, diputado y ministro Ricardo Gil Lavedra: “Te escribo respecto de tu ya famosa nota ‘El marasmo de la justicia’, pero no con relación a la Corte sino, como imaginarás, en punto a otro apartado, donde te referís a diversas conductas de varios de los que integramos en su momento la Cámara Federal. Seguramente por buenas razones tu archivo de antecedentes tiene ganada una gran reputación, lo que te ha permitido escribir en ciertas oportunidades haciendo gala de precisión y rigor fáctico. Pero tu archivo es también una obra humana, falible por esa circunstancia, y sus datos son utilizados por la mano del hombre lo que los hace vulnerables a las pasiones e intereses de quien los maneja. En lo que a mí toca, posiblemente el archivo no haya registrado que fui ocho años miembro del Comité contra la Tortura de la ONU, participando en numerosos e importantes informes. También fui juez ad-hoc de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y como diputado presenté muchísimas iniciativas sobre los derechos de los reclusos, algunas incluso convertidas en ley. Destaco estas pocas cosas ante la dificultad de señalar algún vínculo mío con los derechos humanos. Además, debés haberte olvidado que yo también suscribí e impulsé el Acuerdo para una Seguridad Democrática. El rechazo al pedido de extradición de Garzón fue a través de un decreto de De la Rúa, varios meses después de que yo renunciara al Ministerio de Justicia. No tengo ni idea acerca de haber limitado los juicios a la verdad, agradecería conocer los datos del archivo porque no tengo recuerdo alguno. Por último, en orden al caso de Lona quiero decirte que, como es lógico suponer, jamás defenderé a un represor. Pero lo de Lona (a quien hasta ahora solo asistí en un recurso por su prisión) es al revés. Se trata de una maniobra siniestra de los propios asesinos, quienes inculparon a Lona en un expediente militar armado para detener la investigación del propio Lona y lograr que la causa pasara a la justicia militar. No te pido aclaraciones ni publicaciones ni nada parecido. A esta altura he perdido ingenuidad, sé como se hace periodismo en el país, como se omiten hechos, se deforman otros, o bien directamente se inventan, según cual sea el objetivo que se persiga en la nota de que se trate. Sólo pretendo enriquecer tu archivo por si alguna vez estos datos puedan servir para otra nota que persiga una finalidad política distinta”.

Esta es mi respuesta: Ricardo, aunque no lo hayas pedido, la publicación de tu carta intenta que conserves la ingenuidad y no tengas una visión tan amarga.