- Argentinos. Decenas de miles de argentinos cruzaron la frontera por tierra o aire para asistir a la multitudinaria misa del Papa en Asunción. Aunque no hay números oficiales, las estimaciones oscilan entre los cien mil y el cuarto de millón, y muchos de ellos llevaron banderas que los identificaban. Los más afortunados, que llegaron a ubicarse cerca del altar donde se celebró la ceremonia, pudieron saludar a la presidenta Cristina Fernández cuando se retiraba del predio. La mandataria, más relajada que en tierra argentina, se prestó a besos, abrazos y fotos con todos los que le pidieron, muy a pesar de sus custodios, que no sabían cómo contener la situación.

- Mazorcas. El altar donde el Papa dio misa ayer fue construido especialmente para la ocasión por el artista local Koki Ruiz, que utilizó materiales atípicos para su confección: 40 mil mazorcas de maíz, 200 mil cocos y más de mil calabazas, zapallos y ancos de diferentes tipos adornaban el particular santuario, en el que se destacaban las imágenes de San Ignacio, fundador de la orden jesuita, a la que pertenece el sumo pontífice, y San Francisco, cuyo nombre eligió Bergoglio para bautizar su papado.

- Líos. Sólo apta para jóvenes fue la última actividad de Francisco en suelo paraguayo: los miles de invitados al mensaje que dio en la costanera de Asunción eran todos menores de 35 años, y lo recibieron con cantitos y gritos, en contraste con el respetuoso silencio que lo recibió por la mañana en Ñu Guazú. Ante ellos, repitió su celebrado mensaje de “hagan lío”; pero también advirtió: “También ayuden a arreglar y organizar el lío que hacen. Un lío que nos dé esperanza, que nazca de haber conocido a Jesús”.