“La Comisión Interpoderes fue muy importante, desde donde se generó contacto con video conferencia con jueces a través del Consejo de la Magistratura –señaló Jorge Auat, titular de la Procuraduría sobre crímenes de lesa humanidad–, mostraba que existía un monitoreo de las causas. Interés, actividad, que se traducía en eso. Recibir quejas, por lo menos desde la semiótica. Que la Corte ponga en la agenda de gestión la cuestión de los derechos humanos como política de Estado genera una mirada optimista. Uno advierte que fue importante porque precisamente se creó cuando se decía que las causas tenían trámites patológicos, tortuosos. Había una parálisis crónica que dio nacimiento a esa comisión. Nos pasó a nosotros mismos con la Unidad de Derechos Humanos. Ahora hubo unos últimos fallos que motivaron preocupación. Fallos que vuelven a instalar la sensación de que se están cruzando vientos de impunidad. (El dueño del ingenio Ledesma, Carlos Pedro) Blaquier, las empresas y los sectores civiles. El Poder Judicial que también tiene que rendir cuenta. Hay que activar nuestras alertas. Es fundamental tener en cuenta esto porque estamos hablando de una corporación. Cuando estas causas tienen imputados a estos sectores, cambian la dinámica del trámite. La Corte tiene el deber moral de acompañar hasta las últimas consecuencias estos procesos de Memoria, Verdad y Justicia. Lo que está en juego es la memoria colectiva, la visibilidad de las víctimas, el horror de la dictadura. No puede quedar impune de ningún modo y con ningún sector afuera. La Justicia que no alcanza, siempre lo digo, tiene algo de injusticia.”