Mié 16.09.2015

EL PAíS • SUBNOTA

Genio y figura

› Por Irina Hauser

- En las reuniones plenarias de la Corte, Fayt solía ser el que introducía los comentarios mundanos, cholulos e incómodos. A Carmen Argibay la saludaba: “¿Cómo está la reina de los hoyuelos?”. A Elena Highton de Nolasco le elogiaba el vestuario. A Raúl Zaffaroni trataba de provocarlo cuando llegaba de algún viaje por premios o conferencias: “¿Qué aeropuerto del mundo gozó de su presencia?”. Un día llegó a decirle que tenía “piel de valija”. El penalista le devolvió las gentilezas con una guayabera que le trajo de regalo de México.

- Fayt fue socialista, se definió como discípulo de Alfredo Palacios, y nunca ocultó su antipatía por Cristina Kirchner. A tal punto que un día entró a la sala de acuerdos y comentó: “Ahora se tiñe el pelo de caoba”. Enrique Petracchi, que tenía un histórico encono con él, le retrucó: “Siempre se tiñó de caoba”. Highton se sumó: “¿Y usted –lo miró a Fayt– de qué color se tiñe?”.

- El despacho de Fayt solía tener alfombra roja, sillones verdes y un timbre en la mesa de reuniones para llamar a sus secretarias. En una época, una de ellas les dibujaba a los secretarios letrados un planito con las instrucciones para cuando entrara a verlo: 1) Golpear la puerta 2) Esperar 3) Cuando se ingresa, doblar a la izquierda 4) Pararse al lado de la mesa 5) Esperar a que el ministro se acerque 6) Tenderle la mano 7) Decirle “buenos días”.

- Como todo el mundo suponía a Fayt ateo, el crucifijo en una de las paredes llamaba la atención de sus visitantes. “Yo le exijo a Dios que exista”, explicaba él.

- A sus custodios solía mandarlos a estudiar la Constitución Nacional y luego les tomaba lección. A cada nuevo empleado lo sometía a un interrogatorio sobre recurso extraordinario.

- Siempre tuvo fama de coqueto y recitador de piropos, y él mismo recordaba que las alumnas le dejaban flores sobre el capot del auto.

- En varios expedientes de gran trascendencia, Fayt firmó fallos en minoría. Por ejemplo, convalidó las leyes de punto final y obediencia debida; y declaró la inconstitucionalidad de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Con él trabaja el hijo del camarista Francisco de las Carreras, uno de los camaristas que más militaron contra la ley desde la Cámara en lo Civil y Comercial. De hecho Fayt fue el primero en enterarse entre los supremos de que llegaría el expediente entero, para que la Corte pudiera fallar. “Ese tema ya va para allá”, anunció por teléfono De las Carreras padre.

- Carlos Fayt se jubila con el sueldo más alto de la Corte, que hace un mes era de 221.700 pesos.

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