EL PAíS
• SUBNOTA › POR SUS DECLARACIONES PIDIENDO REPRIMIR PIQUETEROS
Con cautela, contra Duhalde
Las palabras que pronunció Eduardo Duhalde en una entrevista provocaron un sacudón en el Gobierno. El viernes, en medio de la escalada de enfrentamientos entre Nación y Provincia, Duhalde llamó a reprimir a los piqueteros (“el Estado, ante ciertos delitos, tiene que poner en marcha la actitud represiva”) y cuestionó la “mano de seda” con que, en su opinión, está interviniendo Kirchner ante la protesta de los desocupados. Además, Duhalde cuestionó la política oficial ante los piqueteros porque “permite que crezcan pymes piqueteras”. La respuesta del Gobierno llegó ayer a través del jefe de Gabinete, Alberto Fernández del ministro del Interior, Aníbal Fernández, y del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Con matices, todos defendieron el rumbo elegido con Kirchner, aunque ninguno criticó duramente a Duhalde. Las críticas se concentraron, sobre todo, en la palabra “pymes piqueteras”.
Habitual vocero en temas complicados, Alberto Fernández destacó que el Gobierno “está poniendo orden” ante el reclamo de los desocupados. “No es verdad que el orden sólo se pone a través de balas y de palos”, destacó el jefe de Gabinete. Pero aunque se diferenció de la propuesta de Duhalde, Fernández no criticó el contenido central de sus dichos. Al contrario, manifestó alguna coincidencia con esa opinión (que se podría resumir en la frase “a veces el Estado tiene que reprimir”): “Es una opinión de Eduardo Duhalde, que nosotros en alguna medida también compartimos. Pero lo que no tenemos muy en claro es si es represión lo que hace falta para resolver el tema de los piquetes”, dijo Fernández en una nota que le hizo Radio 10.
También le contestó a Duhalde el otro Fernández, ministro del Interior y conocedor de las costumbres e ideas del duhaldismo. “Nunca los resultados por esa vía (la represión) han sido positivos. Nosotros preferimos no reprimir y no tener muertos, heridos y sangre. Preferimos seguir atacando las causas para que desaparezca el efecto”, dijo el quilmeño. Sin embargo, a pesar de sus dichos, el ministro insistió con su amenaza de usar el Código Penal, que popularizara tras el supuesto secuestro a Carlos Tomada. “Si alguno de estos manifestantes protagoniza desmanes hay que sancionarlos como marca el Código Penal, no hay que tener medias tintas. De lo contrario estaríamos haciendo una política propiquetera”, aseguró.
Hasta allí ningún funcionario había cuestionado de fondo a Duhalde por sus frases. En lo que sí lo criticaron fue por usar el mote de “pymes piqueteras”. Según Alberto Fernández, esa terminología “denota, no diría menosprecio, sino cierto descuido cuando en realidad estamos hablando de gente que está sin trabajo”. Si Fernández criticó con cautela, Parrilli fue un poquito más allá. “Lo de pymes piqueteras es un desprecio a muchas jefas y jefes de hogar que están cambiando una pauta cultural que es muy importante: la de vivir del subsidio y transformarse en generadores de riqueza”, argumentó. De hecho, en el Hotel Bauen, Parrilli consideró que “hay que fortalecer las organizaciones sociales y populares”, un mensaje contradictorio con las “pymes” de las que habló Duhalde.
Si el Gobierno reaccionó manteniendo su posición pero con extrema cautela, la respuesta del movimiento piquetero a Duhalde fue durísima. Por ejemplo, el MTD Aníbal Verón consideró que sus declaraciones “llevarán al pueblo a más sangre y muerte”. “Terrorífico e impune es lo de Duhalde, como siempre. El sabe muy bien lo de la represión a las organizaciones sociales”, dijo Juan Cruz Daffunchio, uno de los compañeros de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, asesinados por la Bonaerense en la Estación de Avellaneda el 26 de junio de 2002. Por si alguien no se acuerda.
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