EL PAíS
• SUBNOTA › EL RECHAZO DE HEBE DE BONAFINI
En el propio cuerpo
“Estos tipos, para ser mejores torturadores, se torturaban entre ellos, imaginemos qué podían hacer con nuestros hijos.” Mientras pronunciaba esta frase, la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, sostenía una foto de 1986 que mostraba a veinte miembros de las Fuerzas Armadas arrodillados en el barro, con el torso desnudo y las manos atadas, durante un curso de entrenamiento militar en Córdoba. La imagen pertenece a las pruebas difundidas ayer por el Gobierno, sobre la enseñanza de métodos de tortura en la instrucción de comandos en plena democracia. Para Bonafini, ni los ex presidentes Raúl Alfonsín y Carlos Menem, ni el ex jefe del Ejército Martín Balza podían desconocer esas prácticas.
“Aunque no conocíamos este caso en particular, siempre denunciamos estas metodologías, pero no había pruebas, y cuando nos decían que era imposible, nosotros insistíamos en que continuaban las mismas enseñanzas, y que así no podía formarse un Ejército democrático”, explicó la titular de la Asociación Madres, horas después de que el presidente Néstor Kirchner le informó personalmente sobre el uso de todo tipo de métodos de tortura en cursos de formación de comandos en un predio del Ejército ubicado en la Quebrada de La Cancha, en Córdoba.
“Este entrenamiento –afirmó Bonafini– se daba teóricamente para que el soldado aprendiera a resistir la tortura, pero resulta que acá se utilizó ese conocimiento para torturar dentro del país.” La titular de Madres aseguró que en su encuentro con Kirchner, “el Gobierno ofreció todo el apoyo para investigar, pero nosotros vamos a hacerlo con nuestros propios periodistas, y vamos a hacer la denuncia de carácter lo más político posible”. Aunque se mostró optimista por esta revelación, Bonafini dijo que aspira “a una condena política, porque condenar jurídicamente en nuestro país es muy difícil”.
“No puede haber un ejército mejor con las mismas prácticas, las mismas enseñanzas, los mismos libros y profesores, por eso siempre dijimos que Balza no era un general democrático sino un tipo que pertenecía a la misma fuerza”, señaló Bonafini, que expresó además su convencimiento de que los ex presidentes Alfonsín y Menem no podían ignorar ese método de entrenamiento. “Ellos eran los comandantes en jefe del Ejército”, explicó.
Informe: Alfredo Ves Losada
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