“Sobre diez puntos, diez puntos.” La frase, rápida, como robada por los periodistas al presidente Néstor Kirchner, fue la elegida por el mandatario para describir el desarrollo de la cena íntima con la que fueron agasajados anoche junto con su esposa, la senadora Cristina Fernández, por los reyes Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia, y por el príncipe Felipe, durante su primer día de gira en España. No asistieron otros funcionarios ni se permitió el acceso a la prensa.
En un encuentro que marcó el cierre de la primera jornada del viaje de cuatro días de Kirchner en la península, el agasajo se realizó apenas pasadas las 21 en el Palacio de la Zarzuela. La agitada agenda presidencial retrasó, esta vez solo cinco minutos, el arribo del presidente argentino a la cita en la residencia real ubicada en las afueras de Madrid. Para frustración de gran parte de la prensa y de quienes siguen con fanatismo las intimidades del palacio español, la reunión no contó con la ansiada participación de la prometida del príncipe, la periodista Letizia Ortiz.
A juzgar por las palabras de Kirchner, y según los pocos trascendidos, la visita del Presidente y su esposa a la pareja real fue muy distendida y amigable. A dos meses de su paso por nuestro país, el marco de cordialidad de la cena fue el mismo que tuvo el encuentro que mantuvieron en El Calafate, cuando los reyes visitaron la Argentina antes de participar en la Cumbre Iberoamericana en Santa Cruz de la Sierra.