Ruben López, hijo del testigo Jorge Julio López, fue recibido ayer por el ministro de Justicia, Germán Garavano, y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, a pocos días del décimo aniversario de su desaparición. “López, no está, no se lo busca, sin López no hay justicia”, dijo el hijo del albañil que contribuyó a la primera condena del genocida Miguel Etchecolatz. Sobre la presentación del Estado como querellante en la causa, Avruj afirmó al programa A los botes que “la intención es ver cuáles son los actores por acción u omisión, ver quienes fueron responsables de impedir la investigación”. En las redes sociales, la Secretaría dijo que “es una deuda inconmensurable de la democracia con la sociedad” por lo cual “seguimos buscando” a López. “Se busca algo que se perdió y él nunca fue un viejito perdido, esa es la diferencia de nuestra posición, nosotras exigíamos su aparición con vida, no buscábamos a López, buscábamos el juicio y castigo a los culpables”, diferenció Nilda Eloy, sobreviviente de la dictadura y, al igual que el testigo desaparecido, víctima de la patota de Etchecolatz.