La Corte Suprema de Justicia trató ayer de amortiguar las críticas a la investigación realizada sobre el atentado a la embajada de Israel señalando que investiga la financiación del ataque. Según el máximo tribunal, la investigación se realiza en combinación con los servicios de inteligencia norteamericanos. La Corte se despachó, además, con un diagnóstico novedoso: la conexión local no tendría la misma entidad que la que participó en el atentado a la AMIA, pero tanto este dato como otros provenientes de la inteligencia nacional e internacional, al no haber sido todavía desclasificados, no permiten adelantar ninguna información puntual sobre ellos. Según la Corte y según el juez Juan José Galeano los dos atentados tienen el mismo origen, la Jihad Islámica como brazo político de la organización libanesa Hezbolla, a su vez brazo de Irán. Sin embargo, en ninguno de los dos ataques logró probarse hasta ahora dónde se armaron los coches-bomba, quién suministró los explosivos, quién fue el supuesto conductor suicida, cómo entró a la Argentina y en dónde se alojó antes de conducir la camioneta a su objetivo.