EL PAíS
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Entre libros y panes
Por I. H.
La asamblea de Parque Avellaneda dice que tiene entre sus lemas “auspiciar toda actividad social, productiva y cultural que tienda a incluir en la sociedad a todos los vecinos que están actualmente excluidos, pero incluirlos fomentando los lazos solidarios”. Este planteo no sólo tiene que ver con necesidades esenciales de la gente del barrio, sino con que es una zona donde viven muchos inmigrantes de países limítrofes. Quien pase cualquiera de estos días por el ex bar La Alameda no sólo encontrará un comedor multitudinario. Hay una panadería –que además de pan elabora pizza, pastafrola y tortas fritas–, un sector de parrilla y una empresita textil que elabora tejidos artesanales, guardapolvos infantiles, baberos y accesorios. También hay una librería (de compra y venta de libros usados) y un centro que hace fotocopias a precios populares con máquinas donadas por vecinos y ONG. Estos emprendimientos generaron unos cuarenta puestos de trabajo. Los artesanos del parque aledaño se sumaron a la asamblea, en una nueva cooperativa, que planea desarrollar una escuela de oficios. No es todo: los asambleístas dan clases de apoyo escolar, talleres de recreación y juego y preparan la apertura de una sala maternal.
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