Por R. K.

La resolución del Tribunal Oral apartando a los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia provocó ayer enorme polémica en los tribunales de Comodoro Py. Están los que consideran que, aun cuando esté bastante probado que los fiscales conocían del pago a Telleldín, no corresponde que los saquen del medio cuando falta algo más de un mes para terminar el juicio y en ese momento, a través del fallo final, los jueces pueden dar a conocer su opinión contraria a la actuación de los fiscales. En los pasillos de Tribunales se dice que los jueces emitieron su resolución ahora para que quede claro que Barbaccia no debe ser ascendido a juez, cargo al que aspira en el concurso que se va a resolver en las próximas semanas.
La recusación contra Mullen y Barbaccia fue presentada por las defensoras de Telleldín Laura Fechino y Andrea Novello, quienes sostuvieron el criterio de que los fiscales ya no son imparciales en el juicio porque tienen que defenderse de las acusaciones en su contra por participar del pago a Telleldín. El Tribunal aceptó ese criterio sobre la base que otro de los fiscales, Alberto Nisman, había considerado ilegal el pago al Enano. Como existen las sospechas de que Mullen y Barbaccia sabían de esa maniobra y no la denunciaron deben quedar –según el Tribunal– al margen del juicio oral, porque cualquiera de sus posturas puede ser interpretada como una defensa por lo que hicieron.
En Tribunales sostienen que los jueces ya habían rechazado un planteo similar anteriormente, pero tal vez ahora había más evidencias sobre el pago irregular a Telleldín. Sin embargo, la mayoría de los juristas consultados por este diario sostuvieron que resulta al menos extraño que el Tribunal dé este paso ahora. Nada cambia que los fiscales sean removidos del juicio en este tiempo que falta, más aún teniendo en cuenta que ya hicieron su alegato. O sea que si hay parcialidad tampoco es que tendrán oportunidades de torcer elementos importantes del proceso.
Algunos juristas consideran que lo apropiado era consignar todas las irregularidades en el fallo final, en el que habrá serias imputaciones al juez Galeano y muy posiblemente también a los fiscales. La resolución del Tribunal apartando a Mullen y Barbaccia, a tan poco del final del juicio, es interpretada por muchos como una advertencia ante el hecho de que Barbaccia tiene chances de ser ascendido a juez. Le están diciendo al poder que, por su actuación en el caso AMIA, el fiscal no puede ocupar ese cargo. “Eso es desviación de poder”, “mala leche”, “hicieron lo que tenían que hacer, sin importarles el qué dirán”, fueron las frases que sintetizaron la polémica en los pasillos de Comodoro Py.