Por M. C.

Las tres hijas de Norma Sotina y Miguel Arias quedaron muy afectadas por la inundación. La mayor, Evelin, de 19 años, se suicidó el 3 de enero. Sus padres adjudican la trágica decisión a la crecida del Salado. “Quedó muy mal y se le sumó la pelea con su novio”, señaló su madre a Página/12. La segunda, Daiana, de 15, “tiene ataques de pánico, miedo a todo, a salir a la calle, a quedarse sola, llora, tiene descomposturas. Si truena quiere estar conmigo o con mi esposo. Si llueve de noche duerme con nosotros en la habitación”, contó Norma. A la menor, de 12, “le cambió su forma de ser, está enojada con el mundo, cambia de humor de un momento a otro”, continuó. Viven en el barrio San Lorenzo. El padre es anestesiólogo y la madre ama de casa. La noche de la inundación, la pasaron en el primer piso. “El agua llegaba casi al techo de la planta baja”, recordó Norma. “Lo que más nos aterrorizó fueron los gritos de una pareja de ancianos que se estaba ahogando”, agregó.