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La historia del juez Bruno
Por qué tanto y tan alto tráfico de influencias. “Los acusados son jueces amigos de policías y como tales se mueven como una corporación”, sostuvo una fuente judicial. En este caso, el ex juez Pablo Bruno supo cómo mover influencias. Página/12 publicó sus vinculaciones. Hijo de un ex comisario, Bruno había sido secretario del ex juez de la dictadura Lucio Somoza. Somoza investigó en el ’80 a la banda de Aníbal Gordon y logró su detención, en Córdoba, por el secuestro de Guillermo Kelly. La búsqueda fue realizada por la División Secuestros Extorsivos de la Federal. A la cabeza de la división estaba el comisario Carmelo Spataro, que conoció así al secretario Bruno. Dieciséis años después, cuando volvieron a cruzarse, Bruno era juez y Spataro, dueño de la empresa Firme. Bruno fue promovido a juez de Instrucción en el ’83, por influencias de Hugo Anzorreguy. Tras el escándalo del caso y el inicio de la investigación por torturas, renunció al cargo para evitar la intervención del Consejo de la Magistratura y el juicio político. Del juzgado cayó con los pies parados merced a nuevas gestiones de Anzorreguy: el investigado por torturas pasó a ser jefe de investigadores, como titular de Asuntos Internos de la SIDE. El escándalo y los reclamos del CELS lo terminaron despidiendo del cargo. Cuando fue citado por el Consejo de la Magistratura, antes de renunciar como juez, dijo una gran verdad: “Quedé ante la sociedad como el juez torturador”.
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