EL PAíS
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Bendini en el conurbano
El jefe de Estado Mayor del Ejército, Roberto Bendini, firmó un curioso convenio por tres años con los intendentes de La Matanza, Alberto Balestrini; de Tres de Febrero, Hugo Curto; de Ituzaingó, Alberto Descalzo; de Florencio Varela, Julio Pereyra; de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino; de Lomas de Zamora, Jorge Rossi y de Quilmes, Sergio Villordo. Al pie del Acuerdo Marco, una firma consigna el visto bueno del ministro de Defensa, José Pampuro. El convenio es llamativo en su vaguedad. Dice que el Ejército usará “capacidades disponibles” para “desarrollar apoyo solidario, asistencia a la comunidad, reparaciones de infraestructura, organización de los recursos disponibles, asistencia en el área de la salud, la cultura (sic) y educación y todas aquellas acciones que promuevan beneficios institucionales recíprocos”. También implica “canalizar informaciones útiles” y “proponer acciones concretas”, realizar “planes conjuntos de investigación” e intercambio de expertos.
Incluye la prestación de servicios de asistencia técnica especializada. El convenio, que no invoca el marco normativo de la ley de Defensa Nacional, tampoco establece quién dará las órdenes al personal del Ejército ni quién controlará su ejecución. Ante una consulta de este diario, el ministro de Defensa dijo que se trata de la realización de obras de asistencia a la comunidad, como perforación de pozos de agua potable, pavimentación de calles o construcción de hospitales. Pero el convenio también contiene una inquietante cláusula de confidencialidad. Dice que las partes califican como “información reservada a la obtenida en aplicación de este acuerdo o de sus acuerdos posteriores, por lo que asumen de buena fe el tratamiento de la restricción establecida en su utilización por sus respectivas organizaciones”. Según Pampuro, ello sólo obedece a que fue copiado de otro que Bendini había firmado para una actividad muy distinta con la Fundación Hidrógeno Argentino y con el Instituto Balseiro. Su objeto es el desarrollo de una pila de hidrógeno, con tecnología francesa y canadiense. Alimentada con agua, la pila debe producir energía y calefacción suficiente para el consumo de un Batallón de 700 hombres del Ejército, en Pico Truncado. Es posible que la misma explicación le sea solicitada a Pampuro por la comisión de defensa de la Cámara de Diputados, que recibió un planteo de la diputada del ARI Laura Musa. No es una curiosidad menor por qué el tratamiento del Acuerdo fue derivado en algunos de esos municipios a las comisiones de Seguridad.
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