EL PAíS
• SUBNOTA › LOS PIQUETEROS HICIERON NOCHE EN EL PUENTE PUEYRREDON
Una triste luna de Avellaneda
Los compañeros, amigos y familiares de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki pasaron la noche en el puente Pueyrredón para recibir el 26 de junio en el lugar de la tragedia. Acompañados por unas dos mil personas, los piqueteros instalaron carpas, hicieron fuego para la comida y el mate y escucharon a grupos de música. Fue el “aguante cultural solidario” organizado por las dos corrientes del MTD Aníbal Verón. Las actividades continuarán al amanecer, con exposiciones de fotos y obras de teatro, y tendrán su momento más importante a las 12 del mediodía: a esa hora comenzará el acto central, exactamente dos años después del inicio de la represión anunciada por la administración duhaldista.
La noche no fue tan fría como prometía el almanaque. Los compañeros de Darío y Maxi, sin embargo, estaban provistos para enfrentar el invierno de la forma que fuera. Los mates circulaban de mano en mano y también había frazadas, bolsas de dormir y camperas bien abrigadas. La noche se hacía menos oscura por la música de las bandas que sonaba en los parlantes: no podía faltar el grupo de cumbia-chamamé-rock Santa Revuelta, que facilitó los equipos de audio; también tocaron el grupo de reggae Chala Rasta, el conjunto de música aborigen Quicharihuasi, la orquesta Caravana y una banda conformada por militantes de la Verón: Contraviento.
Las actividades fueron transmitidas en vivo durante varias horas por la FM En Tránsito: instalaron un móvil en la zona y los conductores de dos programas –Giro a la izquier-da y el espacio de la agrupación HIJOS– contaron a sus oyentes lo que veían a su alrededor. En una pantalla gigante improvisada se proyectó el documental Piquete Puente Pueyrredón, de Indymedia, mientras que en el asfalto se veían volantes con poemas del Grupo de Intervenciones Poéticas. Tampoco faltaban las fotos de la represión de hace dos años, convertidas desde entonces en iconos de la resistencia. Allí estaban, intactas, las imágenes de Darío y Maxi tirados en el asfalto, con la potencia intacta y cruda de la verdad.
Al amanecer los compañeros celebrarán la salida del sol. Como hacen los indios una vez al año, los piqueteros comenzarán el día –el aniversario de las muertes– con una ceremonia ritual animada por los músicos de Quicharihuasi. Luego se harán talleres de serigrafía y se presentará el libro de fotos Tierra Piquetera, un libro que muestra cómo es ser desocupado y vivir en el sur del conurbano. Donde vivían Darío y Maxi.
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