Para festejar su cumpleaños número 74 –y, sí, el tiempo pasa–, Carlos Menem no tuvo más remedio que elegir Chile por su complicada situación judicial. Pese a todo, se las ingenió para organizar una fiesta con “doscientos invitados” a la que describió como “modesta”. Lo hizo acompañado por su esposa Cecilia Bolocco y su hijo Máximo Saúl, de siete meses, y por el músico Charly García, infaltable en las reuniones menemistas, aunque su última aparición pública haya sido el festival popular del 25 de mayo organizado por el Gobierno. Ante la prensa, dijo que Kirchner “no es peronista” y convocó a Eduardo Duhalde a que “trate de reorganizar” el partido y llamar a elecciones. Una convocatoria anti K.
No fue el primer gesto de acercamiento entre el menemismo y el duhaldismo de los últimos días. Anteayer, en el homenaje a Perón organizado por el PJ bonaerense en San Vicente, hubo algunos representantes de lo que fue la tropa menemista como Juan Manuel Urtubey, Moisés Ikonikoff y Fernando Galmarini. La confluencia pareció confirmarse ayer con las palabras de Menem desde Chile. Además de cuestionar a Kirchner, el riojano pidió al gobierno nacional que negocie la deuda externa para no seguir “hipotecando” el país. “Siempre se puede arreglar el pago de la deuda y de acuerdo a lo que aprendí de uno de los grandes estadistas de Argentina, Juan Bautista Alberdi, es un pecado no cumplir con las obligaciones internacionales y, especialmente, no pagar lo que se debe”, argumentó.
Sobre la situación del país, Menem consideró que la doctrina del PJ “está plenamente vigente” y prometió que ella se irá actualizando “de acuerdo a cómo evoluciona la política a nivel nacional e internacional”. Esas declaraciones fueron las únicas que hizo en la jornada, porque los periodistas tuvieron vedado el ingreso a la celebración. Según informaron algunos de sus allegados, la fiesta “modesta” de cumpleaños –que se celebraba al cierre de esta edición– tendría 150 invitados argentinos que cruzaron los Andes para estar con Menem. Comenzará con un cóctel, seguirá con una cena y terminará con un baile que se hará en el Estado Sirio, donde habrá fuertes medidas de seguridad.
Cómodo en su rol de opinador lejano sobre la situación del país, casi al estilo de un gurú que predice lo que se debe hacer, Menem instó al Gobierno a pagar cuanto antes la deuda externa y acordar con los acreedores externos. “A medida que pasa el tiempo, si no se llega a un arreglo, los intereses siguen creciendo y ahora que subió la tasa de interés en la Reserva Federal de Estados Unidos, nos perjudica enormemente”, fundamentó. Luego, en una de sus viejas costumbres, Menem habló de sí mismo en tercera persona. Por supuesto, se elogió: se definió con una persona que “lo dio todo por La Rioja y Argentina y ahora está sufriendo esta persecución”.