Tiene 32 años, tal vez aparenta alguno menos y es uno de los diputados más jóvenes del Congreso nacional. El salteño Juan Manuel Urtubey preside desde febrero la Comisión de Asuntos Constitucionales que, durante los últimos días, se encargó de analizar las denuncias contra la renunciante Norma Godoy y presentar propuestas para la tan anunciada reforma política. Con voz firme, cansina y acento norteño, asegura que confía en la depuración de los viejos dirigentes y se presenta como “producto de la renovación dentro del justicialismo”.
–¿Qué va a pasar con Norma Godoy luego de su renuncia?
–Nosotros, desde la Comisión de Asuntos Constitucionales terminamos nuestra labor al aconsejar la expulsión de Godoy. Hemos propiciado esta medida por entender que ella no tenía la conducta propia de una representante parlamentaria. Con su renuncia, se modifica el panorama porque no podemos inhabilitarla o aplicarle otra sanción, que puede utilizarse en un juicio político, pero que no corre para los legisladores. Creo que hay que aceptar la renuncia y, sin fueros, ya la investigará la Justicia.
–¿Qué medidas están impulsando en el marco de la reforma política?
–Tenemos la intención de que mañana la comisión que presido emita un dictamen sobre la ley que establece la forma de financiamiento de los partidos políticos. Esto regula el aporte privado, le da transparencia al manejo del aporte público y establece parámetros objetivos de control. La otra ley que queremos aprobar y tiene media sanción en Senadores, es la que plantea la obligatoriedad de las internas abiertas y simultáneas. Estas dos leyes van a ser complementadas la semana que viene con otra que establece los límites de tiempo y de gastos en las campañas electorales. Vamos a establecer una duración máxima de 90 días para la elección presidencial, y 60 días para la elección de otros cargos. Las campañas publicitarias en medios de comunicación tendrían una duración de 30 días.
–¿Por qué siempre se anuncia la reforma política pero luego se tarda tanto en su implementación?
–Hacer un cambio institucional de este tipo provoca dos percepciones. Están los que piensan que pierden con las medidas y estamos los que creemos que vamos a ganar todos abriendo la política a la población. Es cierto que hasta ahora la reforma política no pasó del discurso. Pero yo soy optimista,y creo que sacaremos a más tardar este mes de abril estos grandes temas de la reforma política.
–¿El gran descrédito que tiene la dirigencia provoca una respuesta corporariva?
–Gran parte de la dirigencia política, sindical, empresarial, está como anestesiada. La gente lo tuvo que echar a (el ex presidente Fernando) De la Rúa porque los dirigentes no estuvimos a la altura de las circunstancias y no entendíamos que la gente quería que se vaya. Finalmente no lo hicimos nosotros y lo echó la ciudadanía, pero ahora hay que alcanzar a la gente, que está adelante nuestro. La reforma es un medio para permitir la renovación de viejas prácticas políticas y, sobre todo, permitir que surjan nuevos dirigentes.
–¿Con este tipo de reformas se podría impedir que personas como Norma Godoy lleguen a la Cámara de Diputados?
–Ella representa el identikit del dirigente que ya no se quiere más en la Argentina. No por la cuestión estética, como dijo ella, sino por una profunda razón ética. La forma de evitarlos es cambiar las leyes que les son útiles. No debemos tener miedo de la participación popular,porque si no, nos terminamos comportando como una autocracia.

Entrevista: Alejandro Gaggero.