La diputada Norma Godoy ya pasó a la historia. Desde ayer a la madrugada se convirtió en la primera legisladora mujer en ser expulsada de la Cámara baja por “desórdenes de conducta”. Casi logra unanimidad. Apenas la defendió un, poco conocido, compañero suyo de bancada. Y otros tres, bien conocidos, se hicieron los distraídos y se abstuvieron. Tomando en cuenta las circunstancias, toda una gentileza.
De los 174 diputados presentes, 167 votaron su destitución. Curiosamente el único apoyo que recibió la ahora ex legisladora provino del justicialista Hugo Cettour, un entrerriano que responde al ex senador Augusto Alasino. Pero hubo cinco abstenciones, cuatro de ellos son del PJ, entre los que resaltan el manzano-menemista Jorge Matzkin, el jujeño Carlos Snopek y los duhaldistas Rodolfo Frigeri y Mirta Rubini. Esta última es la diputada cuyo hijo la emprendió a tiros contra los manifestantes que escrachaban a su madre durante los cacerolazos del verano pasado. “No se puede resolver los conflictos a itakazos”, dijo a modo de justificativo de la decisión el titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Juan Urtubey, el peronista que tuvo a su cargo pedir la destitución de Godoy durante la sesión. La cuestionada legisladora no estuvo en el recinto, tal estuvo repasando frases de próceres argentinos para una próxima carta al Congreso.