Raúl Castells fue el único dirigente piquetero que respaldó públicamente el Sí en el plebiscito realizado ayer en San Luis. Su relación con los Rodríguez Saá no es nueva. En agosto del 2002, Alberto y Adolfo –en plena campaña por la precandidatura presidencial– visitaron a Castells en la casa de Villa Albertina donde el líder piquetero cumplía arresto domiciliario bajo una acusación de extorsión. Los voceros de Rodríguez Saá sostuvieron en aquel momento que el encuentro había sido pedido por Castells, pero en el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados dieron la versión contraria.
Como fuere, era claro que el entonces precandidato buscaba apoyos para posicionarse en las sondeos que se realizaban en el conurbano. Castells esperó al Adolfo acompañado de un centenar de militantes de su movimiento. Cuando la comitiva comenzó a transitar las humildes calles de Villa Albertina, el puntano cambió el lujoso automóvil de vidrios polarizados en el que se trasladaba por una más corriente camioneta Trafic. “Rodríguez Saá tiene serias posibilidades de ser presidente de la Nación”, dijo Castells ante la consulta de los medios.
Poco después los Rodríguez Saá encabezaron una marcha del MIJD desde Puente La Noria a los tribunales de Lomas de Zamora para pedir la liberación del dirigente piquetero. Adolfo caminó seguido por Aldo Rico, el camionero Hugo Moyano y el dirigente judicial Julio Piumato. Nina Peloso los correspondió yendo al Luna Park para el lanzamiento de Rodríguez Saá a la presidencia. Durante la campaña por la consulta popular Castells estuvo en San Luis, donde respaldó la idea de extender el modelo del Programa de Inclusión Social a todo el país.