EL PAíS
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DEBATE
Por Luis Alberto Quevedo*.
La construcción Blumberg
La primera marcha tuvo algo de novedad política y cierta espontaneidad. Ni el Gobierno ni Blumberg sabían bien cómo seguía. Fue importante porque lo posicionó con un discurso fuerte de pedidos y como referente de un sector de la sociedad, no sólo como un padre dolido sino como alguien que propone proyectos de ley, e incluso desde aquella segunda presencia frente a Tribunales consolidó su presentación en sociedad. Pero a partir de ahí aparece otro Blumberg, que teje a nivel nacional e internacional una figura no partidaria pero sí política en torno del tema de la seguridad en Argentina. La segunda convocatoria cambia de tono, se mantiene en el tiempo desde la sociedad civil pero él comienza a juntar fuerzas para seguir proponiendo cosas, cuestiona al fiscal Jorge Sica, y para eso busca consenso, se reúne con ONG, con padres de otras víctimas, viaja al interior, va construyendo un movimiento. Así, Blumberg es leído hoy como más político, como va a ser leída esta marcha, que llega con temas más políticos. Ya no tiene la misma espontaneidad, hay una construcción política en materia de seguridad y empiezan a aparecer otros actores. El Gobierno comienza a desalentar la realización de marchas, el gobernador Felipe Solá recomienda no hacerlas porque no aportan soluciones. Es decir, todos le contestan, e incluso se dividen también aquellos que están unidos por el dolor, como las Madres del Dolor, que prefieren no seguirlo. Es interesante lo que dice la señora Elsa Schenone (madre de Marcos, asesinado por Horacio Conzi). Ella plantea que no forma parte de ese grupo porque Blumberg tiene una agenda cerrada, y una propuesta y un equipo que los invita a sumarse simplemente en lugar de convocarlos a discutir el tema de la seguridad. No se conforma en torno de Blumberg un movimiento de damnificados. Es sólo la propuesta Blumberg. Además, empezó a recibir ciertos apoyos como los de Ricardo López Murphy e Hilda “Chiche” Duhalde. Algunos políticos empezaron a posicionarse, acercándose. Y algunos familiares de víctimas se posicionaron distanciándose. Blumberg ya no es visto como alguien legítimo, que convoca a todos por su frescura. Ahora entró en la trama social como un factor de poder, no partidario pero sí en la línea de un movimiento de modificación de políticas de seguridad, un referente consolidado. Y eso necesariamente va a partir el territorio: Blumberg 1 fue espontáneo y convocante de manera universal, Blumberg 2 es más político y será leído en la sociedad con distintas claves. Creo que la convocatoria de esta marcha va a ser importante. Después de la primera hay quien decía que era un fenómeno fugaz. Pero él militó desde su lugar, se equivocó, pidió disculpas, pero hizo todo lo que alguien hace cuando llega para quedarse.
* Secretario académico de Flacso.
Por Eduardo “Tato” Pavlovsky*.
La pobreza es así
En el ’78 estuve exiliado en Río de Janeiro, antes de ir a Madrid, y para cruzar una calle y hacer cinco metros un médico amigo me dijo “voy a sacar el coche, te pueden matar”. En el año ‘80 corrí en una plaza de Caracas y todos me dijeron “¡cómo hiciste eso!”. En Puerto Rico corrí en la pista de atletismo de la universidad, y me dijeron “no corras, ayer asesinaron a una chica”. En 1990 estaba caminando por Bogotá y vi cómo abrían a un sueco a navajazos. Quiero decir que no tenemos claro el diagnóstico sobre la inseguridad latinoamericana, que siempre ha sido altísima. Lo marcó (Martín) Balza en sus recientes declaraciones sobre la diferencia entre la cantidad de secuestros que hay en Colombia en relación con los que hay en la provincia de Buenos Aires... es ridícula la diferencia. Despertamos tarde a la “latinoamericanización” de la pobreza, es algo de siempre. Me impresiona que sea éste el punto de interés y no los datos sobre 1 millón 800 mil personas que ganan 46 pesos por mes, y otros tantos que ganan 98 pesos por mes, eso es una locura y nos cuesta verlo. Mientras tanto, en los sectores más ricos cada integrante de la familia gana 1600 pesos por mes. Médicos del Mundo comprobó que hay hogares con niños y padres deformados por razones de pobreza. Son datos de los diarios. Y me parece que Juan Carlos Blumberg es de derecha, hay ultras cercanos a él que se montan en su discurso y su popularidad con motivos que van más allá de la inseguridad. Políticamente la derecha se quiere vehiculizar en Blumberg, que es un fenómeno de investigación social interesantísimo. Nunca hubo un hombre con tanta importancia, parece el Presidente. Creo que la derecha lo querrá probar, pero si nosotros no mejoramos los niveles de indigencia y pobreza por más marchas que hagan va a seguir habiendo robos, secuestros y asesinatos como los hay en el resto de Latinoamérica. Los niveles de sub-humanidad son un caldo para todo tipo de violación de la seguridad. Por otra parte, uno no podría decir que todos los que van a las marchas son de derecha sino que son convocados por un motivo humano muy bien explotado. Insisto en que el principal drama es la pobreza, y que, si no se modifica, lo otro se multiplica. Claro que no es cierto que todos los pobres secuestren, maten o roben, pero gran cantidad de alteraciones de la seguridad se dan porque hay gente que no come, niños que comen en cuatro patas de la basura... Pero me llama la atención que en el Gobierno reaccionan reactivamente, cada vez que Blumberg o una madre dice algo hacen un ministerio para contestarles.
* Dramaturgo.
Nota madre
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