EL PAíS
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Suciedad
El sacerdote Francisco Delamer, cura de la parroquia de San Ignacio de Loyola, dejó de lado la habitual inclinación de los hombres de la Iglesia por el lenguaje elíptico. “Que el Gobierno cague (a los piqueteros) no significa que ellos nos deban cagar a nosotros”, dijo ayer, al quejarse de que los desocupados que acamparon en la Plaza de Mayo utilizaron el vallado que rodea su templo como baño. “No se puede estar cagando en la calle”, agregó. Luego de que los manifestantes se retiraron, el gobierno porteño destinó 100 operarios para limpiar la plaza y los alrededores.
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